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A ver, a ver... vamos a hablar un poquito de Darwin, ¿no? Resulta que, allá por el... bueno, no me acuerdo la fecha exacta, pero por aquel entonces, un editor de una revista bastante importante en Inglaterra, un tal Whitwell Elwin, recibió un borrador de un libro nuevo de Charles Darwin. El tipo lo leyó, le pareció que tenía cierto valor, pero le preocupaba que el tema fuera demasiado... estrecho, ¿sabes? Que no atrajera a muchos lectores. Así que, ni corto ni perezoso, le sugirió a Darwin que escribiera un libro sobre palomas. ¡Palomas! "Todo el mundo se interesa por las palomas", le dijo, todo entusiasmado.
Pues bien, Darwin no le hizo caso, la verdad. Y a finales de noviembre... ahí salió a la luz "El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida". Un título que, bueno, como que no se te olvida, ¿no? La primera edición se vendió entera el primer día, ¡mil doscientos cincuenta ejemplares! Y desde entonces no ha dejado de reeditarse y de generar polémica. Imagínate, para un tipo que le encantaban las lombrices de tierra y que, si no llega a darle el arrebato de dar la vuelta al mundo, probablemente habría acabado siendo un cura rural más del montón. Es que es increíble, ¿verdad?
El caso es que Charles Robert Darwin nació en Shrewsbury, un pueblecito tranquilo en el centro-oeste de Inglaterra. Su padre era médico, un médico respetado, y su madre era hija de Josiah Wedgwood, el famoso ceramista. Pero, fíjate, la madre murió cuando Darwin tenía solo ocho años.
Vamos, que Darwin creció con todas las comodidades, pero no era un estudiante brillante, digamos. Su padre estaba desesperado. Una vez le escribió: "Solo te preocupas por cazar, por los perros y por cazar ratas. Vas a deshonrarte a ti mismo y a toda tu familia". Casi siempre se cita esta frase cuando se habla de la infancia de Darwin. A él le interesaba la historia natural, pero su padre insistió en que estudiara medicina en la Universidad de Edimburgo. Pero, a ver, es que se desmayaba al ver sangre, ¿sabes? Y le ponía muy nervioso el sufrimiento de los pacientes. Una vez presenció una operación a un niño, sin anestesia, ¡imagínate el trauma! Intentó cambiarse a derecho, pero lo encontró aburridísimo. Al final, a duras penas, consiguió un título en teología en Cambridge.
Todo apuntaba a que iba a ser cura de pueblo, pero entonces surgió una oportunidad... digamos que más interesante. El capitán Robert FitzRoy, del barco de exploración "Beagle", invitó a Darwin a unirse a una expedición. A ver, FitzRoy necesitaba a alguien culto con quien hablar, ¿no? Alguien con quien compartir la mesa. FitzRoy era un tipo peculiar, la verdad. Escogió a Darwin porque le gustaba la forma de su nariz. ¡En serio! Decía que indicaba un carácter fuerte. Darwin no era su primera opción, pero el que le gustaba más se echó atrás. Lo curioso es que ambos eran muy jóvenes. Cuando zarparon, FitzRoy tenía veintitrés años y Darwin solo veintidós.
La misión principal de FitzRoy era cartografiar las costas, pero su verdadera pasión, bueno, obsesión, era encontrar pruebas de la creación del hombre tal como se describe en la Biblia. Darwin había estudiado teología, y esa fue la razón principal por la que FitzRoy lo invitó. Pero claro, Darwin empezó a mostrar ideas... más liberales, digamos, y a no estar tan de acuerdo con todo lo que decía la Biblia. Y eso causó bastantes conflictos entre ellos.
Darwin estuvo en el "Beagle" desde... hasta... Más de cinco años, ¿eh? Fue una experiencia increíble, pero también muy dura. Imagínate, viviendo en un camarote pequeño con FitzRoy, que tenía un carácter... complicado, ¿sabes? Tenía cambios de humor muy bruscos, se enfadaba con facilidad... Darwin recordaba que a veces las discusiones llegaban casi a la "locura". Además, la vida en el mar ya era difícil de por sí. El anterior capitán del "Beagle" se había suicidado por la soledad y la depresión. Y FitzRoy venía de una familia con historial de depresión. Su tío, Lord Castlereagh, se había cortado la garganta cuando era ministro de Hacienda. (Y FitzRoy acabaría suicidándose de la misma manera). Incluso cuando estaba tranquilo, FitzRoy era... particular. Al terminar la expedición, se casó con una joven de la que llevaba mucho tiempo enamorado. Darwin se quedó alucinado porque en los cinco años que habían pasado juntos no había dado ni una sola pista de que le gustara alguien, ni siquiera mencionó su nombre.
Pero, bueno, quitando eso, la expedición del "Beagle" fue un éxito en todos los sentidos. Darwin desarrolló un espíritu aventurero que le duró toda la vida, y recogió muchísimas muestras que le sirvieron para investigar durante años y para hacerse famoso. Descubrió fósiles gigantes muy valiosos, como el megaterio, que estaba casi intacto. En Chile vivió un terremoto que casi lo mata. También descubrió una nueva especie de delfín, al que llamó, con mucho respeto, delfín de FitzRoy. Y realizó estudios geológicos muy útiles de toda la cordillera de los Andes, y propuso una teoría nueva sobre la formación de los arrecifes de coral. En esa teoría, decía que los arrecifes no podían haberse formado en menos de un millón de años. Y ahí, digamos, que ya se veía su idea de que la vida en la Tierra era muy, muy antigua. Darwin regresó a Inglaterra después de cinco años y dos días fuera. Tenía veintisiete años y nunca más salió de Inglaterra.
Durante la expedición no se le ocurrió la teoría de la evolución, ni ninguna otra. El concepto de evolución ya existía desde hacía tiempo. Su abuelo Erasmus Darwin, ya había escrito sobre la evolución en un poema, pero Darwin ni había nacido. La idea de la evolución empezó a rondarle la cabeza cuando leyó "Ensayo sobre el principio de la población" de Thomas Malthus, que decía que la población crecía más rápido que los alimentos. Entonces se dio cuenta de que la vida era una lucha constante, y que la selección natural decidía qué especies prosperaban y cuáles no. Vamos, que los seres vivos competían por los recursos, y los que nacían con alguna ventaja eran los que sobrevivían y transmitían esa ventaja a sus descendientes. Así, las especies iban mejorando poco a poco.
Parece una idea muy simple, y lo es, pero explicaba muchas cosas. Y Darwin decidió dedicar su vida a esa teoría. T.H. Huxley, al leer "El origen de las especies", exclamó: "¡Qué estúpido soy, cómo no se me había ocurrido antes!" Y desde entonces, muchos han dicho lo mismo.
Curiosamente, en sus obras Darwin no usó la expresión "supervivencia del más apto" (aunque le gustaba mucho). La acuñó Herbert Spencer en su libro "Principios de biología" en... después de la publicación de "El origen de las especies". Darwin tampoco usó la palabra "evolución" (que ya se usaba mucho), sino "descendencia con modificación". Empezó a usar la palabra "evolución" hasta la sexta edición de "El origen de las especies". Y, sobre todo, es importante saber que su conclusión no surgió al fijarse en la diversidad de picos de los pinzones de las islas Galápagos. La historia que nos contaron, al menos en mi caso, es que Darwin, al ir de isla en isla, se dio cuenta de que los pinzones de cada isla estaban adaptados a los recursos locales. Unos tenían el pico corto y fuerte para abrir nueces, otros lo tenían largo y puntiagudo para buscar insectos en las grietas. Y que eso le hizo pensar que tal vez esas aves no habían nacido así, sino que se habían ido adaptando.
En realidad, las aves sí que se adaptaron, pero Darwin no se dio cuenta al principio. En la expedición del "Beagle" era un estudiante recién salido de la universidad, no un naturalista experto. Así que no se percató de que todos los pájaros de las Galápagos eran de la misma familia. Fue un amigo de Darwin, el ornitólogo John Gould, quien se dio cuenta de que Darwin había encontrado pinzones con diferentes habilidades. El problema fue que Darwin, por su inexperiencia, no apuntó de qué isla procedía cada pájaro. (Le pasó lo mismo con las tortugas). Le llevó años ordenar todo ese lío.
Por esos errores, y porque tuvo que clasificar todas las muestras que trajo el "Beagle", Darwin no pudo redactar su teoría hasta... después de haber regresado a Inglaterra. Y dos años después amplió esa teoría en un "esquema" de... páginas. Y entonces hizo algo sorprendente: dejó de lado sus notas y se dedicó a otras cosas durante quince años. Fue padre de diez hijos, y dedicó casi ocho años a escribir un libro sobre percebes. Llegó a decir que los odiaba más que nadie. Era comprensible, ¿no? También enfermó. Sufría de cansancio, mareos, "desórdenes mentales", decía él. Tenía náuseas, palpitaciones, migrañas, fatiga extrema, temblores, visión borrosa, dificultad para respirar, "sensación de cabeza vacía" y depresión.
Nadie sabe con certeza qué enfermedad tenía. Se han hecho muchas conjeturas, pero la más probable es que sufriera la enfermedad de Chagas, una enfermedad tropical crónica que pudo contraer al ser picado por un insecto en Sudamérica. Otra teoría es que se trataba de una enfermedad psicosomática. Sea lo que sea, lo cierto es que sufría mucho. A menudo no podía trabajar más de veinte minutos seguidos, a veces menos.
Durante el resto de su vida, Darwin probó todo tipo de tratamientos, cada vez más desesperados: baños fríos, baños de vinagre, electrochoques (que le producían pequeñas descargas). Se volvió casi un ermitaño. Rara vez salía de su casa en Kent. Lo primero que hizo al mudarse fue colocar un espejo en la ventana de su estudio para poder ver a los visitantes y, si era necesario, evitar recibirlos.
Darwin no publicó su teoría porque sabía que iba a causar un gran revuelo. En... cuando Darwin guardó su manuscrito en un cajón, un libro titulado "Vestigios de la historia natural de la creación" causó una gran polémica por proponer que los humanos podían haber evolucionado a partir de primates inferiores, sin la intervención de un dios creador. El autor, previendo la tormenta, ocultó su identidad. El secreto se mantuvo durante cuarenta años, ni siquiera sus amigos más íntimos lo sabían. Algunos pensaban que era Darwin, otros sospechaban del príncipe Alberto. En realidad, el autor era un editor escocés llamado Robert Chambers, que tenía motivos... profesionales y personales para no revelar su identidad: dirigía una empresa que publicaba Biblias. "Vestigios" fue criticado por religiosos y académicos. La "Edinburgh Review" le dedicó un número entero... a destrozarlo. Incluso T.H. Huxley, defensor de la evolución, criticó el libro sin saber que el autor era un amigo suyo. (Darwin fue uno de los pocos que adivinó quién era el autor. Le pilló un día en que fue a visitarlo.)
Puede que el manuscrito de Darwin nunca se hubiera publicado, pero ocurrió algo inesperado. A principios de... Darwin recibió un paquete del Lejano Oriente. Dentro había una carta amable de un joven naturalista llamado Alfred Russel Wallace, y un borrador de un ensayo titulado "Sobre la tendencia de las variedades a apartarse indefinidamente del tipo original". El ensayo proponía la teoría de la selección natural, muy parecida a la de Darwin. Algunas frases eran casi idénticas. Darwin, desanimado, dijo que nunca había visto una coincidencia semejante, ni siquiera leyendo su manuscrito de... Wallace podría haber hecho un resumen mejor.
Wallace, digamos, que no apareció de repente en la vida de Darwin. Se carteaban, y Wallace le enviaba a Darwin las muestras que le parecían interesantes. En esas cartas, Darwin le había insinuado que ya estaba investigando el origen de las especies. Le había escrito que hacía veinte años que no abría su primer manuscrito sobre cómo las especies y las variedades se diferenciaban entre sí, y que estaba preparando su obra.
Wallace no captó la indirecta. No podía saber que su teoría era casi idéntica a la que Darwin llevaba estudiando veinte años.
Darwin se encontraba en una encrucijada. Si publicaba su obra para asegurarse la prioridad, estaría aprovechándose de un admirador que vivía muy lejos. Si se echaba atrás, como dictaba su educación, perdería el mérito de su descubrimiento. La teoría de Wallace había sido fruto de un momento de inspiración, mientras que la de Darwin era el resultado de años de investigación. Era injusto, claro.
Para colmo, el hijo pequeño de Darwin, también llamado Charles, contrajo escarlatina. El niño murió. A pesar del dolor, Darwin escribió a sus amigos Charles Lyell y Joseph Hooker, dispuesto a cederle el paso a Wallace. Pero Lyell y Hooker encontraron una solución intermedia. Presentaron un resumen de las ideas de Darwin y Wallace en una reunión de la Linnean Society. El... se presentaron las teorías de Darwin y Wallace. Darwin no asistió. Estaba enterrando a su hijo.
El artículo de Darwin-Wallace fue uno de los siete que se presentaron esa noche. Había unos treinta asistentes. No pareció que se dieran cuenta de que estaban presenciando uno de los momentos más importantes de la ciencia. No hubo debate, ni tuvo mucho impacto en la sociedad. Darwin se alegró de que solo una persona mencionara los dos artículos, un profesor de Dublín llamado Haughton. Su conclusión fue que en ambos artículos, lo que era nuevo era absurdo, y lo que era antiguo era correcto.
Wallace, que seguía en el Lejano Oriente, se lo tomó con calma. Le hizo ilusión figurar entre los descubridores de la evolución. Incluso siguió llamando a la teoría "darwinismo".
Pero hubo otra persona que amenazó el mérito de Darwin: Patrick Matthew, un horticultor escocés. Resulta que él había propuesto la teoría de la selección natural en... el mismo año en que Darwin emprendió el viaje del "Beagle". Lo malo es que lo hizo en un libro sobre la madera naval y el cultivo forestal. Ni Darwin ni nadie se enteró. Cuando vio que Darwin era aclamado como el descubridor de la evolución, cuando la teoría era suya, escribió una carta a la revista "Gardener's Chronicle". Darwin se disculpó, pero dijo que no le extrañaba que ni él ni ningún otro naturalista hubieran oído hablar de las ideas de Matthew, ya que las había expuesto de forma sencilla y en un apéndice de una obra sobre la madera naval y el cultivo forestal.
Wallace siguió siendo naturalista y pensador durante unos cincuenta años, pero poco a poco perdió el interés por la ciencia y se dedicó al espiritismo y a la posibilidad de que hubiera vida en otros planetas. Así que Darwin se quedó con el mérito de la evolución, en gran parte porque los demás se echaron para atrás.
Darwin sufrió mucho por sus ideas. Se llamaba a sí mismo "el capellán del diablo" y decía que revelar la evolución le hacía sentir como "confesar un asesinato". Además, dolía mucho herir los sentimientos religiosos de su esposa. A pesar de todo, se puso a ampliar su manuscrito para convertirlo en un libro. Al principio lo tituló "Un resumen sobre el origen de las especies y la diversidad a través de la selección natural". Era demasiado largo y confuso. El editor, John Murray, decidió imprimir solo quinientos ejemplares. Pero al ver el manuscrito y darle un título más atractivo, decidió aumentar la tirada a mil doscientos cincuenta.
"El origen de las especies" fue un éxito comercial inmediato, pero no causó una gran conmoción. La teoría de Darwin se enfrentaba a dos problemas: por un lado, tardaría mucho tiempo en ser aceptada por Lord Kelvin. Por otro lado, las pruebas fósiles eran escasas. Algunos críticos preguntaban dónde estaban las formas de transición entre especies que la teoría de Darwin daba por hechas. Si las especies evolucionaban constantemente, en los fósiles deberían aparecer muchas formas intermedias. Pero no era así. (Curiosamente, justo en... cuando el debate estaba más intenso, apareció una prueba. Unos obreros encontraron en Baviera unos huesos de archaeopteryx, un animal intermedio entre ave y dinosaurio. Tenía plumas, pero también dientes. El hallazgo fue impresionante y ayudó mucho, pero una sola prueba no era suficiente). Los fósiles que se habían encontrado hasta entonces indicaban que en la Tierra no había habido vida hasta la explosión cámbrica.
A falta de pruebas, Darwin insistía en que en los océanos primitivos había existido una gran variedad de formas de vida, pero que no las habíamos encontrado. O que no se habían conservado. Darwin admitía que no se podía explicar, pero rechazaba otras posibilidades. Para explicarlo, dedujo que las aguas del precámbrico eran demasiado claras para que se sedimentaran los restos orgánicos y se formaran fósiles.
Incluso sus amigos más íntimos se sentían incómodos con algunas de sus conclusiones. Adam Sedgwick, profesor de Darwin en Cambridge, dijo que el libro le había causado "más dolor que placer". El paleontólogo suizo Louis Agassiz rechazó sus ideas, considerándolas pura especulación. Incluso Lyell llegó a la conclusión de que Darwin había ido demasiado lejos.
T.H. Huxley no estaba de acuerdo con la idea de Darwin de que la evolución requería largos periodos de tiempo geológico, ya que era saltacionista, es decir, creía que la evolución se producía de forma repentina. Los saltacionistas no podían creer que un órgano complejo pudiera surgir poco a poco, por etapas. ¿De qué servía una décima parte de un ala, o la mitad de un ojo? Para ellos, esos órganos solo tenían sentido en su forma completa.
El saltacionismo de Huxley era muy extremo, un poco sorprendente, ya que recordaba a una idea religiosa llamada "el argumento del diseño", propuesta por el teólogo inglés William Paley. Paley decía que si encontrabas un reloj en el suelo, te dabas cuenta de que había sido fabricado por alguien inteligente. Y que lo mismo ocurría con la naturaleza. Su complejidad era una prueba de que había sido diseñada. Esta idea tuvo mucha influencia y preocupaba a Darwin. En una carta a un amigo, Darwin decía que le daba escalofríos solo de pensar en el ojo. En "El origen de las especies" admitía que parecía "absurdo" que la selección natural pudiera crear un órgano así de forma gradual.
A pesar de todo, Darwin no solo siguió insistiendo en que todos los cambios eran graduales, sino que en cada reedición de "El origen de las especies" aumentaba el tiempo que, a su juicio, era necesario para que se produjera la evolución. Esto provocó la indignación de sus defensores, que cada vez eran menos. Según el científico e historiador Jeffrey Schwartz, Darwin acabó perdiendo el apoyo de sus colegas naturalistas y geólogos.
Es irónico que Darwin titulara su libro "El origen de las especies" y que no pudiera explicar cómo surgían las especies. La teoría de Darwin explicaba cómo una especie podía hacerse más fuerte, mejor o más rápida, es decir, más apta. Pero no explicaba cómo nacían nuevas especies. El ingeniero escocés Fleeming Jenkin se fijó en esto y señaló un fallo grave en el argumento de Darwin. Darwin decía que las características (ventajosas) que surgían en una generación se transmitían a la siguiente y fortalecían a la especie.
Jenkin señaló que esas características (ventajosas) no dominaban en las generaciones posteriores, sino que se diluían en el proceso de mezcla. Si echas un vaso de agua en un vaso de whisky, no lo haces más fuerte, sino más débil. Y si vuelves a echar un vaso de agua, se vuelve aún más débil. Del mismo modo, las características ventajosas que los padres transmiten a sus hijos se van diluyendo con la reproducción hasta desaparecer. Por tanto, la teoría de Darwin solo explicaba lo estático. Las peculiaridades surgían, pero desaparecían rápidamente porque los organismos siempre tendían a volver a la normalidad. Si la selección natural tenía que funcionar, necesitaba un mecanismo alternativo que aún no se había descubierto.
Lo que Darwin y todos los demás no sabían es que, a... kilómetros de distancia, en un lugar recóndito de Europa central, un monje llamado Gregor Mendel iba a dar la respuesta.
Mendel nació en un pueblo de... del Imperio Austriaco (ahora República Checa), en una familia de campesinos pobres. Los libros de texto lo describen como un monje rural con una gran capacidad de observación, cuyos descubrimientos fueron fruto de la casualidad. Pero Mendel era un científico con formación. Había estudiado física y matemáticas en el Instituto Filosófico de Olomouc y en la Universidad de Viena. Y organizaba y analizaba con rigor científico todo lo que estudiaba. Además, a partir de... el monasterio en el que trabajaba se convirtió en un importante centro académico. Tenía una biblioteca con... libros y una tradición de investigación científica rigurosa.
Antes de empezar sus experimentos, Mendel dedicó dos años a cultivar las muestras que necesitaba. Eligió siete variedades diferentes de guisantes. Una vez que se aseguró de que se reproducían de forma pura, con la ayuda de dos asistentes, empezó a cultivar los guisantes y a cruzarlos. Fue un trabajo minucioso. Para evitar la polinización accidental, tenían que registrar las diferencias, por pequeñas que fueran, en las semillas, vainas, hojas, tallos y flores. Mendel sabía muy bien la importancia de lo que estaba haciendo.
Nunca usó la palabra "gen" (que no apareció hasta... en un diccionario médico inglés), pero inventó los conceptos de "dominante" y "recesivo". Descubrió que cada semilla contenía dos "factores hereditarios" o "elementos", uno dominante y otro recesivo, que al combinarse daban lugar a rasgos hereditarios predecibles.
Convirtió sus resultados en fórmulas matemáticas precisas. Mendel dedicó ocho años a esta investigación. Después realizó experimentos similares con flores, maíz y otras plantas para comprobar sus conclusiones. Lo que pasa es que Mendel fue demasiado científico. Cuando presentó sus trabajos en las reuniones de la Sociedad de Historia Natural de Brno, los cuarenta asistentes le escucharon con cortesía, pero sin mostrar ningún interés. Y muchos de ellos se dedicaban al cultivo de plantas.
Tras publicar su informe, Mendel le envió una copia a Carl Wilhelm von Nägeli, un importante botánico suizo. El apoyo de Nägeli habría sido crucial para el futuro de la teoría de Mendel. Pero Nägeli no se dio cuenta de la importancia de los descubrimientos de Mendel y le aconsejó que cultivara plantas del género Hieracium. Mendel lo hizo, pero descubrió que esas plantas no tenían las características necesarias para estudiar la herencia. Nägeli no se había leído su trabajo, o tal vez no lo había leído. Decepcionado, Mendel abandonó el estudio de la herencia y se dedicó a cultivar hortalizas, abejas, ratones y manchas solares. Fue elegido abad del monasterio.
Los descubrimientos de Mendel no cayeron en el olvido por completo. Se incluyeron en la "Encyclopaedia Britannica", y se citaron en un artículo de Wilhelm Olbers Focke. Así que cuando el mundo estuvo preparado para aceptarlos, fue fácil redescubrirlos.
Darwin y Mendel sentaron las bases de toda la biología del... Pero ninguno de los dos se dio cuenta. Darwin descubrió que todos los seres vivos estaban relacionados entre sí y que procedían de un ancestro común. Y el trabajo de Mendel explicaba cómo sucedía todo eso. Podrían haberse ayudado mutuamente. Mendel tenía un ejemplar en alemán de "El origen de las especies" y se dice que lo leyó. Por lo tanto, sabía que su trabajo era relevante para la teoría de Darwin. Pero no intentó ponerse en contacto con él. Y Darwin, por su parte, estudió el artículo de Focke, en el que se mencionaba la obra de Mendel. Pero no relacionó esos datos con sus propias investigaciones.
En la mente de la gente, la idea de que los humanos descendemos del mono es un rasgo importante de la teoría de Darwin. Pero en realidad, Darwin solo lo mencionó de pasada. No hacía falta ser muy listo para darse cuenta de esa implicación, y pronto se convirtió en un tema de debate.
El... tuvo lugar un enfrentamiento en una reunión de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia en Oxford. Huxley asistió a la reunión por invitación de Robert Chambers, el autor de "Vestigios de la historia natural de la creación", aunque Huxley no sabía que Chambers era el autor del libro. Como de costumbre, Darwin no asistió. La reunión se celebró en el Museo de Zoología de Oxford. Más de mil personas llenaron la sala, y cientos se quedaron fuera. Todos sabían que iba a ocurrir algo importante, aunque primero tuvieron que escuchar una aburrida presentación de... horas de John William Draper, de la Universidad de Nueva York, sobre el desarrollo intelectual de Europa y las opiniones de Darwin.
Finalmente, se levantó Samuel Wilberforce, el obispo de Oxford. La noche anterior, Richard Owen, un antidarwinista, había visitado a Wilberforce y le había puesto al corriente. Como ocurre con muchos acontecimientos famosos, hay muchas versiones de lo que pasó. La más popular es que Wilberforce, con un tono burlón, se dirigió a Huxley y le preguntó si se atrevía a afirmar que descendía del mono por parte de su abuela o de su abuelo. Wilberforce pretendía hacer un comentario ingenioso, pero se interpretó como una provocación. Según el propio Huxley, se volvió hacia su vecino y le dijo: "El Señor lo ha puesto en mis manos". Y se levantó.
Otros recuerdan que Huxley estaba furioso. Dijo que prefería ser pariente de un mono que de un hombre que utilizaba su fama para pronunciar tonterías en un lugar dedicado a la ciencia. La respuesta hirió profundamente a Wilberforce y provocó un gran revuelo en la sala. Una señora se desmayó. Robert FitzRoy, el compañero de Darwin en el "Beagle", caminaba por la sala con una Biblia en la mano, gritando "¡La Biblia, la Biblia!". (Era el director de la recién creada Oficina Meteorológica y estaba a punto de presentar un trabajo sobre las tormentas). Curiosamente, ambos bandos afirmaron haber derrotado al otro.
En "El origen del hombre", Darwin expuso la relación entre los humanos y los simios. Fue una conclusión audaz, ya que no había pruebas fósiles que la respaldaran. Los únicos fósiles humanos primitivos que se habían encontrado eran los restos del Neandertal, y algunos expertos dudaban de que fueran fósiles humanos. "El origen del hombre" fue más polémico que "El origen de las especies", pero cuando se publicó, la gente ya no se escandalizaba tanto y el debate no fue tan intenso.
Darwin dedicó la mayor parte de sus últimos años a otras investigaciones. Dedicó mucho tiempo a recoger excrementos de aves para estudiar cómo se transmitían las semillas de un continente a otro. Y durante años estudió el comportamiento de las lombrices de tierra. Les tocaba el piano, no para entretenerlas, sino para estudiar el efecto del sonido y las vibraciones. Fue el primero en descubrir que las lombrices son fundamentales para la fertilidad del suelo. En "La formación de la tierra vegetal por la acción de las lombrices", escribió que era difícil encontrar muchos animales que hubieran desempeñado un papel tan importante en la historia del mundo. También escribió sobre las orquídeas, las emociones en los animales, los efectos de la fecundación cruzada y la autofecundación, y la capacidad de movimiento de las plantas. Y dedicó mucho esfuerzo a estudiar los efectos de la endogamia, por interés personal. Como su esposa era su prima, sospechaba que algunos de los problemas físicos y mentales que habían aparecido en sus hijos se debían al matrimonio consanguíneo.
Darwin recibió muchos honores, pero no por "El origen de las especies" ni por "El origen del hombre". La Royal Society le concedió la medalla Copley por sus contribuciones a la geología, la zoología y la botánica, no por su teoría de la evolución. La Linnean Society también excluyó sus ideas más radicales. Fue enterrado en la abadía de Westminster, junto a Newton, pero nunca fue nombrado caballero. Darwin murió en... Y Mendel murió dos años después.
La teoría de Darwin no fue aceptada hasta que surgió la "síntesis moderna" entre... que combinaba las ideas de Darwin, Mendel y otros. Mendel, por su parte, había muerto en el anonimato. En tres científicos europeos redescubrieron la teoría de Mendel casi al mismo tiempo. Uno de ellos, el holandés Hugo de Vries, se apropió de los méritos de Mendel. Pero uno de sus rivales lo denunció. Después se reconoció que el mérito era de un monje olvidado.
El mundo estaba preparado para entender cómo habíamos llegado al mundo y cómo nos habíamos formado a base de competir. Es sorprendente que hasta principios del... ni siquiera los mejores científicos supieran de dónde venían los bebés.
Y esos eran los que pensaban que la ciencia estaba a punto de llegar a su fin.