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A ver, a ver... por dónde empiezo... Bueno, crecí en una familia monoparental, mi madre, ¡uf!, una guerrera, ¿eh? Trabajaba, estudiaba, tenía que cuidarnos a mi hermano y a mí. Desde muy pequeños, llevábamos la llave de casa colgada al cuello, aprendiendo a valernos por nosotros mismos. Dificultades, claro que las hubo, pero, vamos, ¿quién no las tiene? Y la verdad es que, en muchos aspectos, me ayudaron a crecer, ¿sabes?
Éramos una familia de inmigrantes, ¡humilde, humilde! Mi padre era farmacéutico en la India, pero al llegar a Estados Unidos, su título no valía para nada, así que terminó trabajando en una ferretería. Así que, mi entorno, digamos que no era el más propicio para una educación así, de élite. Mis padres se separaron... Digamos que, las cosas eran duras, pero mi madre nos dio un amor incondicional, total, sin reservas. Y cuando no tienes nada, si al menos tienes a alguien que te ama así, ¡uf!, eso protege muchísimo tu autoestima.
Vivíamos en un barrio no muy seguro en Nueva York. La biblioteca era, básicamente, mi centro de actividades extraescolares. Salía del colegio y me iba directo a la biblioteca, hasta que cerraba. Esa era mi vida, básicamente.
Cuando llegamos a Estados Unidos, yo era pequeño, no tenía muchos amigos, así que tampoco era muy seguro de mí mismo. Pasaba la mayor parte del tiempo leyendo. Los libros eran mis únicos amigos de verdad. Y, bueno, ¡es que son buenos amigos! Al final, a través de los libros, conectas con los pensadores más brillantes de los últimos miles de años.
Mi primer trabajo fue en una empresa de catering que... bueno, digamos que no operaba del todo legalmente. Tenía quince años y me sentaba en la parte trasera de una camioneta repartiendo comida india por todos lados. Pero incluso antes de eso, repartí periódicos, lavé platos en restaurantes... ¡vamos, lo típico!
En Nueva York, era un don nadie, mi familia no era importante, y mi vida era la de un inmigrante intentando salir adelante, ¿sabes? Pero luego, conseguí entrar en Stuyvesant High School y, ¡boom!, mi vida cambió por completo. Ese colegio era como una lotería... ¡instantánea! De la clase obrera a la profesional, ¡en un abrir y cerrar de ojos!
En Dartmouth estudié Economía e Informática, y hasta llegué a pensar que me doctoraría en Economía, fíjate tú.
Ahora soy inversor, tengo inversiones en unas doscientas empresas. También hago de consultor para algunas, soy miembro del consejo de administración de otras. Y, bueno, también soy socio minoritario en un fondo de criptomonedas, porque creo mucho en su potencial. Siempre estoy explorando ideas nuevas, siempre tengo proyectos paralelos, ¿sabes?
Ah, y por supuesto, soy el fundador y presidente de AngelList.
Vengo de una familia humilde, pasé por momentos de confusión, pero ahora, económicamente estoy bien y soy feliz. Y trabajé mucho para lograr ambas cosas, ¿eh?
He aprendido algunas cosas por el camino, algunas lecciones, he llegado a algunas conclusiones. Y he intentado plasmar mis ideas por escrito, con la esperanza de que te sirvan de algo. Porque, al final, no puedo enseñarte nada. Solo puedo inspirarte un poco, o quizás dejarte algunas frases para recordar.
Aquí Navales en vivo en Twitter... [sonido de aplausos]