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A ver, a ver… ¿cómo elegimos en qué gastamos nuestra vida? Porque, al final del día, lo que hacemos hoy, mañana y pasado, es lo que realmente *es* nuestra vida, ¿no? Y, claro, el tiempo es limitado, así que, uh, elegir bien en qué invertimos ese tiempo es crucial.
Mucha gente te dice que sigas tus pasiones, tus intereses, pero a mí eso siempre me ha parecido un poco… complicado, ¿sabes? ¿Qué significan realmente esas palabras? Yo, por ejemplo, tiendo a autoengañarme y decir que me interesan cosas en las que soy bueno. Así que el interés puede ser… engañoso, vaya. Y pasión… uf, es una palabra tan fuerte que nunca estoy del todo seguro de estar usándola bien.
Entonces, ¿mi solución? Pues, en vez de fijarme tanto en los intereses o las pasiones, yo me enfoco en la energía. Sí, sí, la energía. Porque esa es, en realidad, el recurso más escaso que tenemos. Cuando tienes energía para algo, te metes de lleno, te esfuerzas por crecer, te nutre. Te da… combustible, ¿me entiendes?
Así que, cuando te plantees esa gran pregunta –¿cómo debo gastar mi tiempo?–, la energía debería ser lo primero que tengas en cuenta. Y para eso, yo uso un ejercicio que llamo "mapeo de objetivos". Es como un mapa para identificar las cosas que más probable es que te den alegría y, bueno, buenos resultados en tu vida.
¿Cómo funciona? Pues, es bastante sencillo, la verdad. Y puedes usarlo para cambiar tu vida, eh.
Primer paso: crea tu mapa.
El mapa es una matriz, como un cuadrado dividido en cuatro. En el eje horizontal pones tu nivel de competencia –de bajo a alto– y en el eje vertical, la energía –de actividades que te agotan a las que te llenan de energía.
Y definimos cada cosa. Actividades que te dan energía son esas que te dejan sintiéndote con pilas, que te recargan. Las que te quitan energía, pues… todo lo contrario. Te dejan hecho polvo. Alta competencia, pues, significa que eres bueno en eso, que te sale fácil. Y baja competencia, que eres un novato, que te cuesta.
Lo primero es colocar tus actividades –tanto personales como profesionales– en este mapa. Pueden ser cosas muy amplias, como "consultoría estratégica", o muy específicas, como "investigación de mercado". Y aquí tienes que poner tanto lo que estás haciendo ahora como lo que te gustaría hacer en el futuro.
Para las cosas que ya haces:
Primero, evalúa la energía que te dan. ¿Cómo te sientes mientras lo haces? ¿Y después? ¿Te da vida?
Luego, valora tu nivel de competencia. ¿Cómo te ves a ti mismo? Y pregunta a otros que hayan trabajado contigo. Sé sincero, ¿eh?
Y, con todo eso, coloca cada actividad en el mapa según la energía y la competencia.
Para las cosas que no haces:
Infórmate bien. Habla con gente que sí las haga. Pregúntales los detalles, para tener una idea aproximada de la energía que te darían. Porque, ojo, la primera impresión puede engañar. A lo mejor te parece que ser abogado es lo más, pero ¿te basas en las series de la tele o en el trabajo real del día a día? Intenta entender los detalles reales, no solo lo superficial.
Experimenta. Elegir bien qué hacer implica probar cosas. Dedica un día a probar esa actividad que te llama la atención. Acompaña a alguien que la haga. Haz una prueba antes de lanzarte. Actúa poco a poco, pero con información real.
Y da por hecho que, al principio, vas a tener poca competencia en cualquier cosa nueva. Hasta que no demuestres lo contrario, es lo más sensato.
Con toda esa información, coloca cada actividad en el mapa.
Segundo paso: identifica tus zonas.
Hay tres zonas clave en tu mapa:
Zona de Genio. En un libro, alguien hablaba de esto como el sitio donde tienes mucha competencia y mucho interés o pasión. En nuestro mapa, es el cuadrante superior derecho: donde se juntan tu competencia y tu energía. Es tu tierra prometida, el sitio donde deberías pasar la mayor parte de tu tiempo.
Zona de Hobby. Cosas que te dan energía, pero en las que no eres muy bueno. Es donde deberías pasar la segunda mayor parte de tu tiempo. No pasa nada por ser malo en algunas cosas, ¿eh? Pero verás que, si algo te da mucha energía, poco a poco vas mejorando y se mueve hacia la derecha, hacia la Zona de Genio.
Zona de Peligro. Cosas que te quitan energía, pero en las que eres muy bueno. Es un sitio peligroso, porque te van a felicitar por tu trabajo y te va a tentar pasar más tiempo ahí. ¡Cuidado! Intenta evitarlo o busca maneras de que te den más energía.
Y luego está la zona… muerta, digamos. El cuadrante inferior izquierdo. Cosas que te quitan energía y en las que eres malo. Deberías evitarlas, en general. Pero… ojo. A veces, al mejorar en algo, te empieza a dar energía. Piensa en alguien que empieza a correr. Al principio sufre, pero luego le encanta. Así que… no descartes nada del todo.
Para saber si algo de la zona muerta puede acabar dándote energía si mejoras, pregúntate: "¿Me gusta la *versión buena* de esto?". Es decir, si te imaginas siendo bueno en eso, ¿te da energía?
Tercer paso: organiza tu tiempo.
Con el mapa lleno y las zonas identificadas, ya tienes una idea de en qué deberías invertir tu tiempo.
No va a ser de la noche a la mañana, ¿eh? La idea es ir cambiando poco a poco:
La mayor parte de tu tiempo, en la Zona de Genio.
El resto, en la Zona de Hobby.
Minimiza el tiempo en la Zona de Peligro.
Y elimina el tiempo en la zona muerta… salvo esas excepciones que hemos dicho antes.
Si trabajas en una empresa, lo mejor es hablar claro con tus compañeros y jefes sobre tu mapa. Y si eres jefe, anima a tu equipo a hacer lo mismo. Con los mapas de todos, es más fácil encajar las piezas. Y si ves que tu empresa no te entiende… pues, a lo mejor es hora de cambiar. Al final, el mercado decide qué empresas sobreviven, dejando que el talento fluya a los sitios donde la gente puede dar lo mejor de sí misma.
Si trabajas por tu cuenta, sé sincero contigo mismo sobre qué cosas van a cada zona. Y no tengas miedo de delegar, para pasar el máximo tiempo posible en tu Zona de Genio. Verás que tus resultados mejoran.
Elegir bien en qué gastas tu tiempo es el camino directo a una vida más llena de propósito, más satisfactoria, más productiva y más exitosa. Aprende a seguir tu energía y no te equivocarás. Haz tu mapa y empieza a construir un mundo donde tu tiempo se invierte en lo que te da más recompensas.