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Calculating...

A ver, a ver... ¿de qué quería hablar hoy? Ah, ya me acuerdo. Quería compartir un poco sobre cómo yo veo eso de los modelos mentales. Porque, mira, al final, cuando tomamos decisiones, nuestro cerebro es como una maquinita que está ahí prediciendo cosas basándose en lo que ya hemos vivido, ¿no?

Pero, ojo, que fiarse solo de "esto pasó antes, así que va a volver a pasar" es un error. Esa lógica es demasiado... ¿cómo decirlo? Demasiado pegada al momento, muy de "lo que veo es lo que hay". Y no, a la hora de decidir, lo que realmente funciona son los principios y, sobre todo, los modelos mentales.

De hecho, yo creo que los mejores modelos mentales que he encontrado vienen de la evolución, la teoría de juegos y de un tal Charlie Munger, que es el socio de Warren Buffett. Un tipo súper inteligente, con una cantidad impresionante de modelos mentales en la cabeza. También conozco a Nassim Taleb, a Benjamin Franklin... Un montón de gente que tiene esa habilidad de ver el mundo a través de diferentes lentes, ¿sabes? Y la idea es esa, llenar tu cabeza de esos modelos para poder entender mejor lo que pasa.

Lo que yo hago, por ejemplo, es usar mis propios tuits y los de otros como... como si fueran pequeños recordatorios. Porque, a ver, tuitear te obliga a simplificar las cosas, a sacar la esencia de lo que has aprendido. Y te ayuda a repasar, a refrescar la memoria. Piensa que el cerebro tiene un espacio limitado, al final tenemos un número finito de neuronas, así que un tuit puede ser como un enlace, una dirección, una manera de recordar principios más profundos. Y esos principios, combinados con tus propias experiencias, es lo que te da la verdadera comprensión.

Porque si no, al final, te quedas con frases bonitas que te motivan un rato, las pones en un póster, pero luego se te olvidan y sigues haciendo lo mismo de siempre. Y no, un modelo mental es justo eso, una forma fácil de acceder a todo lo que has aprendido.

Por ejemplo, la evolución. Para mí, muchas cosas de la sociedad actual se entienden mejor si las miras desde la perspectiva de la evolución. Hay una teoría que dice que la civilización existe para solucionar el tema de la distribución del acceso a las relaciones, al final, en términos de selección sexual, los hombres tienen muchos espermatozoides y las mujeres pocos óvulos, entonces hay un problema de distribución.

Y si lo piensas bien, casi todos los inventos y logros de la humanidad tienen algo que ver con eso.

En realidad, muchos de los problemas de la vida se pueden entender y predecir desde la evolución, la termodinámica, la teoría de la información y la teoría de la complejidad.

Otro truco que uso es... bueno, no es que sea un truco, pero es algo que me funciona: en lugar de buscar la "manera correcta" de hacer las cosas, me dedico a descartar las que no funcionan. Para mí, el éxito es no equivocarse. No se trata tanto de acertar siempre, sino de evitar los errores.

Y hablando de eso, en los noventa me obsesioné con la teoría de la complejidad. Y cuanto más la estudiaba, más me daba cuenta de lo poco que sabemos y de lo mal que se nos da predecir el futuro. Esa teoría me ayudó a crear un sistema que funciona incluso cuando no tienes toda la información. Porque, al final, creo que somos ignorantes por naturaleza y fatalmente malos prediciendo.

Luego está la economía. La microeconomía y la teoría de juegos son fundamentales. Si no entiendes bien la oferta y la demanda, las relaciones laborales, la teoría de juegos... Es muy difícil tener éxito en los negocios, e incluso desenvolverte en la sociedad moderna.

A ver, a ver, ¿qué más...? Ah, sí, ignora las opiniones de los demás. El mercado es el que decide.

Y algo súper importante en microeconomía es el problema de agencia. Si no entiendes lo que es un principal y un agente, te va a costar mucho moverte por el mundo. Si quieres emprender, cerrar acuerdos, tienes que entenderlo.

Es fácil de entender, en realidad. Como decía Julio César: "Si quieres que algo se haga, hazlo tú mismo. Si no, manda a alguien". Si tú eres el principal, te preocupas por el resultado y haces las cosas bien. Si eres el agente, estás trabajando para otro, y puede que no te esfuerces tanto, porque lo que te importa es tu propio beneficio, no el del principal.

Cuanto más pequeña es una empresa, más se sienten los empleados como principales y mejor hacen su trabajo. Y si consigues que la recompensa esté más ligada al valor que creas, los empleados se sentirán más como principales que como agentes.

En el fondo, todos sabemos esto. Nos atrae más el papel de principal, nos sentimos más identificados. Pero los medios y la sociedad moderna nos venden la idea de que necesitamos agentes, que son importantes, que saben mucho... Y así, muchos se conforman con ser agentes aplicados.

Ah, y no nos olvidemos del interés compuesto. Todo el mundo ha oído hablar del interés compuesto en finanzas, pero si no lo entiendes, deberías leer un libro de microeconomía. Te aseguro que te va a venir muy bien.

En finanzas, el interés compuesto es eso de que, si ganas un 10% al año con un dólar, al año siguiente tienes 1.10, luego 1.21, luego 1.33... Y así, la ganancia se va acumulando. Si tienes un interés compuesto del 30% anual durante 30 años, no vas a multiplicar tu inversión por 10 o por 20, sino por miles.

Y lo mismo pasa con el conocimiento. Si una empresa tiene 100 usuarios y crece a un ritmo del 20% mensual, en poco tiempo tendrá millones. A veces, incluso los fundadores se sorprenden de lo grande que llega a ser su negocio.

Otra cosa que creo que se infravalora es la matemática básica. Si quieres ganar dinero, invertir, tienes que saber matemáticas básicas. Para emprender no necesitas geometría, trigonometría ni cálculo, pero sí necesitas algoritmos, probabilidad y estadística. Sumar, restar, multiplicar, dividir, entender el interés compuesto, la probabilidad y la estadística... Eso es fundamental.

Y hablando de probabilidad, hay una rama que estudia los "eventos de cola". Los eventos del cisne negro, esos que son muy poco probables pero que tienen un gran impacto. Aquí tengo que volver a mencionar a Nassim Taleb, que para mí es uno de los grandes filósofos y científicos de nuestro tiempo. Ha hecho un trabajo increíble estudiando estos eventos.

También está el cálculo. No es que vayas a ponerte a integrar o derivar, pero entender el concepto es importante. El cálculo te ayuda a entender cómo cambian las cosas, cómo funciona la naturaleza. Mide los cambios a través de eventos pequeños, discretos o continuos.

Y para los que van diciendo que la "ciencia" está de su lado, el principio más importante, y el que menos entienden, es el de la falsabilidad. Si algo no se puede falsar, no es ciencia. Para que una teoría sea creíble, tiene que ser capaz de hacer predicciones que puedan ser refutadas.

Por eso, yo no me fío mucho de la macroeconomía. Los macroeconomistas hacen predicciones que no se pueden falsar, y la falsabilidad es la marca de la ciencia. Solo hay una realidad, así que cuando estudias la economía, nunca vas a encontrar un caso opuesto, un país exactamente igual que el tuyo que haya hecho un experimento económico contrario.

Y ya para terminar, un consejo: si tienes dudas, la respuesta es no.

Si te cuesta decidir si casarte con alguien, aceptar un trabajo, comprar una casa, mudarte de ciudad, hacer negocios con alguien... Si no lo tienes claro, la respuesta es no. Porque hoy en día tenemos muchísimas opciones. Vivimos en un planeta con miles de millones de personas, conectados a través de internet, con miles de trabajos diferentes para elegir. Hay muchas opciones.

Antes, las limitaciones físicas hacían que no nos diéramos cuenta de la cantidad de opciones que teníamos. En una tribu de la antigüedad, 150 personas eran el límite para que el grupo funcionara. Si alguien aparecía en tu vida, era posible que fuera tu única opción.

Pero ahora no. Una decisión importante puede marcar tu vida durante años. Emprender puede llevarte 10 años. Una relación puede durar 5 o más. Mudarte a una ciudad puede significar vivir allí 10 o 20 años. Son decisiones con mucho impacto. No podemos estar seguros al 100%, pero tenemos que estar muy seguros antes de decidir.

A veces, nos cuesta tanto decidir que tenemos que hacer listas, comparar pros y contras... Si te cuesta tanto, déjalo. Si tienes dudas, la respuesta es no.

Y otro consejo rápido: si estás ante una decisión difícil y no sabes qué hacer, elige el camino que te cause más dolor a corto plazo.

Si tienes dos opciones que parecen iguales, elige la que te va a hacer sufrir más ahora.

En esencia, una de las opciones te va a dar dolor inmediato, y la otra te va a dar dolor a largo plazo. Y el cerebro, para evitar el conflicto, va a elegir la que te libre del dolor inmediato.

Pero, claro, la clave es que las dos opciones sean parecidas. Si una te causa dolor a corto plazo, pero te da beneficios a largo plazo, esa es la que quieres. Porque el interés compuesto te va a dar la razón.

El cerebro valora demasiado el placer inmediato e intenta evitar el dolor inmediato.

Por eso, tienes que entrenarte para buscar el dolor a corto plazo, para vencer esa tendencia a evitarlo (que es muy fuerte, por cierto). Porque, como sabes, la mayoría de las cosas buenas de la vida vienen de soportar el dolor a corto plazo para obtener recompensas a largo plazo.

Piénsalo con el ejercicio. A mí no me gusta hacer ejercicio, porque me duele a corto plazo. Pero a largo plazo me hace sentir mejor, me pone más fuerte.

Cuando haces ejercicio, los músculos se resienten. Lo mismo pasa con la lectura. Leer libros difíciles te cansa el cerebro a corto plazo. Pero a largo plazo te hace más inteligente, porque estás desafiando tu capacidad de procesar información, de absorber nuevos conceptos.

Así que, en general, elige el dolor a corto plazo para obtener beneficios a largo plazo.

Y para terminar, ¿cuál es la mejor manera de construir nuevos modelos mentales? Leer mucho, leer todo lo que puedas.

Dedica una hora al día a leer sobre ciencia, matemáticas y filosofía, y en siete años, probablemente estarás entre los más exitosos.

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