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Calculating...

A ver, a ver... ¿cómo podemos enfocarnos, no? ¿Cómo saber qué es lo realmente importante? Porque, vamos a ser sinceros, todos andamos como pollos sin cabeza, ¿verdad? Bueno, hay una técnica, un ejercicio bastante interesante que quiero compartirles. Viene de una historia, una anécdota sobre Warren Buffett y su piloto personal, Mike Flint.

Resulta que este Mike Flint estaba un poco agobiado porque no tenía muy claro qué quería lograr, ni en lo personal ni en lo profesional. Entonces, Buffett le propuso un ejercicio sencillito pero poderoso.

Primero, le dijo que escribiera veinticinco metas profesionales, todo aquello en lo que quería enfocarse y que quería lograr en los próximos meses o años. Imagínense, ¡veinticinco! Luego, le pidió que de esa lista, circulara las cinco metas más importantes. Aquí ya empezaba lo bueno, porque, claro, a Flint le importaban todas, pero tuvo que hacer el esfuerzo de elegir las cinco prioritarias.

Y aquí viene lo mejor. Buffett le dijo que dividiera la lista en dos. Le preguntó qué pensaba hacer con las metas que no había circulado. Flint respondió que trabajaría en ellas cuando tuviera tiempo libre. Y ahí Buffett le dijo, “¡No, no, no! ¡Error!” Todo lo que no circulaste, dijo Buffett, debe convertirse en tu lista de "Evitar a Toda Costa". Nada de atención a esas cosas hasta que hayas logrado el éxito con las cinco prioritarias. ¿Qué tal?

El punto es, pues que lo más importante quede resaltado, ¿no? Todo lo demás, simplemente, es una distracción que amenaza con descarrilar tu progreso.

Así que, ¿cómo aplicamos esto? ¿Cómo identificamos esas dos o tres áreas que realmente pueden marcar la diferencia en nuestra vida personal y profesional? Pues, con este ejercicio de las dos listas.

Primero, haz una lista completa de tus prioridades profesionales. Piensa en todo lo que quieres lograr en tu trabajo, en tu carrera. Luego, haz lo mismo con tus prioridades personales.

Ahora, viene la parte difícil: de esa lista profesional, circula las tres o cinco cosas que son absolutamente prioritarias. Aquellas que tendrán el mayor impacto en tu trayectoria, las que realmente importan a largo plazo. Repite este proceso con tu lista personal.

Finalmente, en una hoja aparte, escribe esas tres a cinco prioridades que circulaste en la parte izquierda. Y a la derecha, escribe todo lo demás. A la izquierda, le pones el título "Prioridades" y a la derecha, "Evitar a Toda Costa". Y sí, repites el proceso para la lista personal.

Al separar las listas en "Prioridades" y "Evitar a Toda Costa", creamos una línea muy clara que separa aquello en lo que nos vamos a enfocar de aquello que vamos a delegar o a eliminar por completo.

Y mira, considéralo tu primera línea de defensa: cuando surjan nuevas oportunidades, consulta tu ejercicio de las dos listas y evalúa rápidamente si encaja en alguna de tus prioridades o si debe ser evitado a toda costa.

Así que, ya lo sabes, usa este ejercicio de las dos listas para enfocarte y empezar a ver resultados diferentes. Pruébalo, ¿qué pierdes? A ver si así logramos dejar de correr como pollos sin cabeza, ¿eh?

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