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Calculating...

A ver, a ver… Por dónde empiezo… Mmm, pues mira, una cosa que tengo clarísima es que mi salud, mi bienestar físico, es lo primero. O sea, lo pongo por encima de todo, ¿sabes? Más importante que la felicidad, que la familia, que el trabajo… ¡Todo! Porque al final, mi salud es la base de todo lo demás. Es como… el punto de partida, ¿no? Y después de la salud física, ahí ya viene la salud mental, la salud espiritual… Y luego ya la salud y la felicidad de mi familia. Una vez que tengo esas cosas cubiertas, pues ya me puedo mover libremente por el mundo, hacer lo que me da la gana.

Es que, vamos a ver, los problemas de salud son de las cosas que más te pueden fastidiar la vida. Y es que… nosotros, como animales bastante avanzados, deberíamos vivir de una forma más acorde con la naturaleza. Pero, ¿qué pasa? Que la sociedad moderna nos está alejando un montón de esa forma de vida que deberíamos tener.

Y esto se nota en todo, eh. Desde el punto de vista físico, por ejemplo, la dieta que llevamos ahora no es para nada la que deberíamos llevar. Lo ideal sería comer más como en la época paleolítica, o sea, mucha verdura, un poquito de carne y frutos del bosque.

Luego, el tema del ejercicio… Deberíamos estar jugando y moviéndonos al aire libre, no sudando la gota gorda en una cinta de correr. Y también deberíamos usar nuestros cinco sentidos de forma más equilibrada, ¿no? La vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto… En cambio, ahora casi todo se basa en la vista. Todo lo que entra y lo que sale de nosotros es a través de los ojos. Y no deberíamos estar siempre con zapatos, que al final nos dan problemas de espalda y de pies. Y tampoco deberíamos estar siempre tapados hasta arriba para mantener el calor, sino que deberíamos exponernos al frío de vez en cuando, que eso es bueno para el sistema inmunitario.

Tampoco deberíamos vivir en un ambiente súper limpio y aséptico, porque así no entrenamos bien a nuestro sistema inmunitario y luego tenemos un montón de alergias. Es lo que se llama la “hipótesis de la higiene”. Y deberíamos vivir en familias grandes, con muchos miembros, porque eso es bueno para la salud mental. Yo crecí en la India, y allí las familias son enormes, vives con primos, tíos, abuelos… Casi nunca estás solo, y eso ayuda a no deprimirte. Bueno, no me refiero a la depresión por desequilibrios químicos, sino a esa ansiedad y esa angustia existencial que les da a los adolescentes. Pero claro, también tiene su lado malo, porque no tienes privacidad ni libertad. Todo tiene sus pros y sus contras, ¿no?

Y bueno, tampoco deberíamos estar mirando el móvil cada cinco minutos para ver las redes sociales. Que si te dan un "like", te pones súper contento, y si te dejan un comentario negativo, te enfadas un montón. Tanta montaña rusa emocional nos genera mucha ansiedad. En realidad, la evolución nos preparó para la escasez. Por eso, nuestros genes nos dicen que no podemos resistirnos al azúcar, al alcohol, a las drogas, a las relaciones sexuales… Pero ahora vivimos en un mundo de abundancia, donde lo tenemos todo a nuestro alcance. Y aunque nuestros genes nos digan “¡Quiero! ¡Quiero!”, deberíamos ser capaces de decir “No”. Pero nuestro cuerpo ya no sabe cómo hacerlo. Así que, poco a poco, nos hemos ido alejando de esa forma de vida natural y hemos adoptado unos hábitos que no son nada saludables.

Pero claro, al final, como todo el mundo está igual, pues ya no lo vemos como un problema. Es como si todos estuviéramos enfermos, pero nadie se da cuenta.

Y luego está el tema de la alimentación… A ver, aparte de las matemáticas, la física y la química, no hay nada que sea "ciencia pura", ¿no? Por eso siempre estamos discutiendo sobre cuál es la mejor dieta.

¿Qué pienso de la dieta keto? Pues mira, creo que es difícil que la gente la adopte y la mantenga a largo plazo. El cuerpo humano tiene mecanismos de reserva, y eso tiene su razón de ser. Por ejemplo, durante la Edad de Hielo, los humanos evolucionaron en un entorno donde no había muchas plantas para comer. Y luego, gracias a esos mecanismos de reserva, pudimos empezar a comer plantas. Y llevamos miles de años comiendo plantas. Yo no creo que las plantas sean malas para la salud, pero sí creo que lo ideal sería comer más como nuestros antepasados.

A mí me parece muy interesante la interacción entre el azúcar y la grasa. Lo que te sacia es la grasa, por eso los alimentos grasos te llenan más. La forma más fácil de saciarte es hacer una dieta keto, comer mucho bacon hasta que te dé asco y no quieras volver a ver la grasa en tu vida.

En cambio, lo que te da hambre es el azúcar. El azúcar le dice a tu cuerpo: “¡Guau, mira qué cantidad de comida tenemos a nuestra disposición!”. Y entonces te entran unas ganas locas de comer. El problema es que el efecto del azúcar es más fuerte que el efecto de la grasa. Si comes alimentos con mucha grasa y mucho azúcar, el azúcar te dará hambre y la grasa te dará calorías, y al final acabarás comiendo demasiado. Por eso todos los postres tienen mucha grasa y muchos hidratos de carbono.

En la naturaleza, no es muy común encontrar alimentos que tengan grasa y carbohidratos a la vez. El coco, el mango, el plátano… Son frutas tropicales que tienen ambas cosas. Pero la combinación de azúcar y grasa es letal, y deberíamos evitarla en nuestra dieta.

A ver, yo no soy ningún experto. Pero el problema es que la alimentación y la nutrición son como la política, todo el mundo se cree que sabe del tema. Porque la alimentación tiene que ver con la identidad. Lo que comes o lo que crees que deberías comer es, obviamente, lo correcto. Cada uno tiene su propia idea sobre la alimentación y es muy difícil llegar a un acuerdo. Yo lo único que digo es que, en general, cualquier dieta razonable debería evitar la combinación de azúcar y grasa.

La grasa sacia y el azúcar da hambre. Pero el efecto del azúcar es más fuerte, así que tenemos que controlar nuestros impulsos.

La mayoría de la gente que está en buena forma se preocupa más por lo que come que por la cantidad que come. Es más fácil controlar la calidad que la cantidad, y además, al controlar la calidad, también controlas la cantidad.

Y curiosamente, es más fácil ayunar (con una dieta baja en carbohidratos o paleolítica) que controlar la dieta. En cuanto el cuerpo detecta la comida, el instinto animal se apodera de tu cerebro.

Siempre me he preguntado cómo hacen para que el pan de molde dure meses a temperatura ambiente sin ponerse malo. Si ni siquiera las bacterias se lo comen, ¿de verdad crees que deberías comértelo tú?

Llevamos cinco mil años discutiendo si la carne es mala o si las plantas son malas. Lo que tenemos que hacer es dejar de discutir, alejarnos de los extremismos y no comer nada que se haya inventado en los últimos siglos.

En cualquier tema relacionado con la medicina y la nutrición, lo primero es quitar, y luego ya añadir.

Mi entrenador a veces me manda fotos de lo que come. Y es todo tan sencillo y tan poco elaborado… Me doy cuenta de que tenemos el paladar totalmente viciado.

La regla más sencilla del mundo para comer bien: cuanto más procesado esté un alimento, menos deberías comerlo.

Y luego está el tema del ejercicio, ¿no? Cuanto más te esfuerces en el gimnasio, más fácil será tu día a día.

¿Qué tipo de ejercicio me ha cambiado la vida? El ejercicio matutino. Me ha cambiado la vida por completo. Me siento más sano, más joven… Y para poder hacer ejercicio por la mañana, tengo que levantarme temprano, y así no puedo llegar tarde a casa. Es muy fácil adquirir ese hábito. Pero la gente siempre pone excusas. La excusa más común es “No tengo tiempo”. Pero en realidad lo que están diciendo es: “No es una prioridad para mí”. Si algo es importante para ti, lo haces. Si tienes diez o quince prioridades a la vez, al final no tienes ninguna prioridad y no haces nada.

Yo lo que hice fue decidir que mi salud era lo primero, por encima de todo lo demás. Y por eso nunca digo que no tengo tiempo para hacer ejercicio. Básicamente, hago ejercicio todas las mañanas, pase lo que pase, haga el tiempo que haga. Si no hago ejercicio por la mañana, no empiezo a trabajar. Da igual que se caiga el mundo, el mundo puede esperar treinta minutos a que termine de hacer ejercicio.

Casi todos los días hago ejercicio por la mañana. Solo me lo salto algunos días contados por viajes, lesiones, enfermedades o lo que sea. Pero son muy pocos los días al año que no hago ejercicio.

Un mes de yoga me hace sentir diez años más joven. Mantener la flexibilidad es mantener la juventud.

Lo importante no es el método ni el proceso, ni siquiera lo que haces. Lo importante es hacerlo todos los días. Mucha gente se preocupa por saber si es mejor hacer pesas, tenis, pilates, HIIT o “happy body”. Pero se están equivocando. Lo importante es la constancia. Lo repito: lo importante es hacerlo todos los días. Lo que hagas es secundario. El mejor ejercicio es el que eres capaz de hacer todos los días.

Y otra cosa, ¿eh? Reuniones caminando. Tiene muchas ventajas:

* Tu cerebro funciona mejor.
* Haces ejercicio y te da el sol.
* Son más cortas y vas al grano.
* Hay más conversación y menos monólogos.
* No tienes que poner diapositivas.
* Y es fácil terminar: solo tienes que volver andando.

Al final, todo en la vida es igual. Si estás dispuesto a hacer sacrificios a corto plazo, tendrás beneficios a largo plazo. Mi entrenador, Jerzy Gregorek, es un tío muy listo. Siempre dice: "Si eliges el camino fácil, la vida será más difícil. Si eliges el camino difícil, la vida será más fácil".

Así que elige ahora la alimentación difícil, o sea, resistirte a la comida basura. Elige ahora el ejercicio difícil, o sea, sudar la gota gorda. Y a la larga, tu vida será más fácil. No te pondrás enfermo, estarás en buena forma… Y lo mismo pasa con los valores, con los ahorros y con las relaciones personales. Si eliges el camino fácil ahora, tu futuro será mucho más complicado.

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