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A ver, a ver... ¿por dónde empiezo? Con la edad, uno se da cuenta de que, mira, con paciencia, ¿eh?, con paciencia... la gente que vale, la gente realmente buena, termina haciendo cosas importantes, al menos aquí, en el mundillo de la tecnología, ¿no?
Yo me acuerdo, hace años, cuando estaba empezando mi carrera, conocí a gente súper brillante, súper inteligente y sobre todo, súper trabajadores. Y, vamos, casi todos ellos, con el tiempo, les fue increíblemente bien. Es que es así, el que vale, tarde o temprano, termina brillando, ¿sabes? Igual tarda más de lo que uno piensa, incluso más de lo que ellos mismos se imaginan, pero, vamos, que al final, el que vale, vale.
El truco está en usar bien tu especialidad, combinarla con un poco de... ¿cómo decirlo?, de palanca, de apalancamiento. Y al final, tu talento y tu esfuerzo, pues, te van a dar lo que mereces.
Lo que pasa es que el éxito, la verdad, lleva tiempo. Incluso cuando tienes todo, ¿sabes?, todo lo que necesitas para tener éxito, el tiempo que va a tardar en llegar... pues, no lo sabes. Y si andas ahí, contando los días, mirando el reloj, pues, te entra la desesperación y pierdes la paciencia antes de que pase nada.
Claro, todo el mundo quiere hacerse rico de la noche a la mañana, pero las cosas no funcionan así. El mundo va poco a poco, ¿no?, paso a paso. La naturaleza tiene sus ritmos, siembras en primavera y cosechas en otoño. Pocas cosas pasan de un día para otro. Necesitas tiempo, eso es así. Entonces, yo creo que lo que tienes que hacer es, eso, buscar tu especialidad, ser responsable, tener influencia, usar ese apalancamiento del que te hablaba, y conseguir tener una combinación de habilidades que te haga único. Ser el mejor en lo que haces, vaya.
Y, vamos, dedicarte a lo que te gusta, ¿no?, con pasión, sin cansarte, intentando mejorar cada día. No te pongas a calcular el tiempo o el esfuerzo que estás invirtiendo, porque si empiezas a hacer cuentas, ahí es cuando se te acaba la paciencia.
A mí, de esas típicas frases que te dicen, la que menos me gusta es: "eres demasiado joven". Vamos, ¡que hay gente que ha hecho cosas increíbles desde muy joven! Otra cosa es que no se les reconozca hasta más adelante, ¿no? Lo importante es aprender haciendo, ¿sabes?, mancharte las manos. Y también, claro, pedir consejo a los que saben más.
Y mira, al final, la gente no cambia, ¿eh? Dicen que la personalidad es el destino, y es verdad. Uno repite sus patrones de comportamiento, los buenos y los malos, los puntos fuertes y los débiles, y al final, pues, obtienes resultados acordes a lo que haces.
Así que, nada, a darlo todo, a esforzarte, sin esperar nada a cambio, sin andar ahí calculando lo que das y lo que recibes.
Es que eso de "haz el bien y no mires a quién"... ¡es complicadísimo! No es fácil, qué va. "Dar sin esperar nada a cambio" es lo más difícil del mundo, pero también lo que más recompensa te da. Es que la gente que lo tiene todo fácil, los que nunca han tenido que esforzarse, a veces les cuesta encontrarle sentido a la vida.
Porque la verdad es que tu currículum real, al final, es la suma de todo lo que has sufrido. Cuando te toque mirar atrás y ver qué cosas importantes has hecho en tu vida, lo que te vas a acordar, seguro, es de los sacrificios que has hecho y los retos que has superado.
Porque todo lo que recibes de este mundo, al final, son cosas materiales. No te las llevas contigo. Lo que de verdad importa es lo que tienes dentro, tu cuerpo, tu mente, lo que te han dado tus padres. Con eso es con lo que tienes que tirar para adelante y crear algo que valga la pena. Y mira, ganar dinero puede ser un objetivo, claro que sí. Esforzarse, vamos, eso siempre. Aunque a veces sea muy difícil, ¿no? Pero, bueno, hay muchos que lo han conseguido, así que tenemos ejemplos a seguir.
En este mundo materialista, el dinero no te da la felicidad, no te cura las enfermedades, no te arregla la familia, no te evita los malos momentos. Pero, sí, el dinero te da libertad, te soluciona muchos problemas. Así que, claro que sí, que ganar dinero es un objetivo válido.
Porque el dinero te ayuda a estar mejor económicamente, te quita de encima muchas cosas que te impiden ser feliz. Pero, ojo, que el dinero por sí solo no te da la felicidad. Yo he visto gente muy rica que es infeliz. Muchas veces, para ganar tanto dinero, han tenido que vivir con mucho estrés, trabajando sin parar, compitiendo a tope. Y después de 20, 30, 40 o 50 años haciendo eso, cuando por fin tienen la vida solucionada, no saben cómo relajarse. Se han acostumbrado a vivir con ansiedad. Y cuando tienen dinero, tienen que aprender de nuevo a ser felices.
Pero bueno, volviendo al tema de hacerse rico. Yo con el dinero siempre he sido práctico. Mira, Buda era un príncipe, lo tenía todo, vivía en la abundancia, y luego se fue a vivir como un asceta.
Antes, para encontrar la paz interior, te tenías que ir de casa, dejar a tu familia, renunciar al dinero y al poder, cortar todo contacto con el mundo y vivir solo. Tenías que renunciar a todo para ser libre.
Pero ahora ya no es así, porque tenemos el dinero, ¿no?, ese invento maravilloso. Y lo puedes guardar en el banco. Entonces, si trabajas duro, aportas soluciones a la sociedad, haces cosas buenas por los demás, la sociedad te recompensa con dinero. Y tú puedes guardar ese dinero o gastarlo con cabeza, viviendo un poco por debajo de tus posibilidades. Y así, incluso viviendo en el mundo, puedes tener cierta libertad.
Porque el dinero te da tiempo y energía para buscar tu paz interior y tu felicidad. Y yo creo que para que la gente sea feliz, lo que hay que hacer es satisfacer sus deseos.
Así que, nada, que todo el mundo tenga dinero.
Que todo el mundo esté sano.
Que todo el mundo sea feliz.
Me sorprende mucho que haya gente que confunde la riqueza con la sabiduría.