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Calculating...

A ver, a ver, vamos a hablar un poquito sobre la propiedad, ¿no? Que es un tema que siempre da que hablar. Por ahí leí una frase de Rousseau, súper antigua, que me hizo pensar: "Los frutos de la tierra pertenecen a todos y la tierra a nadie". Fuerte, ¿eh?

Y claro, esto me recordó a Friedman, este economista famoso, que decía que el objetivo de una empresa es maximizar sus beneficios. A ver, ok, suena lógico, pero... ¿es tan simple? Él argumentaba que los ejecutivos son empleados de los accionistas, y por lo tanto, tienen que hacer lo que los accionistas quieren. Básicamente, que su responsabilidad principal es con ellos.

Pero... ¿los accionistas son realmente los dueños de la empresa? Y aún si lo fueran, ¿los directivos pueden ignorar los intereses de todos los demás, como los empleados, los clientes, la comunidad? Es que la cosa se complica, ¿no? Desde que las empresas se hicieron grandes y los accionistas son miles y están por todos lados, es imposible que controlen el día a día. Entonces, ¿cómo se asegura que los que están al mando hagan lo correcto?

Cada país, cada cultura, tiene su propia forma de verlo, claro. En los países que siguen el sistema legal inglés, como Estados Unidos, la cosa es un poco diferente a los que siguen el sistema de leyes más escritas, como en Europa.

Hubo un caso, hace tiempo, de una empresa de aviones que el gobierno británico tomó control. Los dueños originales, que eran accionistas, recibieron una compensación, pero uno de ellos pensó que no era suficiente. Él decía que el gobierno no solo había tomado sus acciones, sino la empresa entera, y que debían haberle pagado más. Pero al final, los tribunales dijeron que no, que los accionistas no son dueños de la empresa, que recibieron un precio justo por sus acciones y ya está. Es que una cosa es ser accionista y otra muy distinta ser dueño, ¿no?

Y luego, la cosa se pone aún más rara, porque muchas veces las acciones ni siquiera están a nombre de la persona que las compró, sino de un banco o una sociedad de inversión. Entonces, la cadena de "quién es el dueño" se hace larguísima.

En Alemania, por ejemplo, la ley dice que la propiedad tiene que servir al bien común. O sea, no puedes hacer lo que quieras con tu propiedad, tienes que pensar en los demás. Es una visión distinta, ¿no?

En Estados Unidos, generalmente se asume que los accionistas son los dueños, pero hay debates sobre qué significa eso realmente. Hay un caso famoso en Delaware, donde muchas empresas se registran porque les conviene, que los directores pueden ser responsables si toman decisiones que perjudican a los accionistas. Pero luego, la ley se suavizó para proteger a los directivos. Al final, parece que la ley en Delaware está más pensada para proteger a los ejecutivos que a los accionistas. Vaya, vaya.

Así que, después de todo este rollo, la pregunta es: ¿qué significa ser dueño? Unos economistas, Grossman y Hart, dijeron que el dueño es el que tiene los derechos sobre algo que no están especificados en un contrato. O sea, el que decide qué hacer cuando surge algo inesperado.

Hart puso un ejemplo: si alquilas un coche por seis meses y quieres ponerle un reproductor de CDs, tienes que pedir permiso al dueño, porque él tiene el control final sobre el coche. Pero, a ver, ¿ese ejemplo es tan bueno? Es que, cuando alquilas un coche por una semana, tú decides dónde lo estacionas, a dónde lo llevas, qué metes en el maletero... Si atropellas a alguien, tú eres el responsable, no la empresa de alquiler. Pero nadie duda de que el coche es de la empresa, no tuyo.

Y lo mismo pasa con los pisos. La gente "compra" pisos en edificios, pero en realidad, tienen derechos y obligaciones diferentes según el tipo de contrato que tengan. La cosa es complicada. Al final, la propiedad tiene muchas dimensiones.

Un jurista, Honoré, propuso una idea interesante: la propiedad tiene muchas características. Si una relación tiene suficientes características de propiedad, entonces podemos decir que hay propiedad. Él hizo una lista de once "insignias de propiedad": el derecho a poseer, a usar, a administrar, a recibir ingresos, a reclamar el valor del capital, la obligación de no usarlo de forma dañina, la posibilidad de que te lo quiten si debes dinero, el derecho a protegerte de que te lo expropien, el derecho a transferirlo a otro...

Entonces, si aplicamos esto a Amazon, por ejemplo... Los accionistas tienen acciones, claro. Cumplen algunos de los requisitos de ser dueños, pero no todos. No pueden ir a las oficinas de Amazon y hacer lo que quieran. No son responsables de las acciones de la empresa. No tienen derecho a los bienes de Amazon. Tienen derecho a votar en las juntas, pero eso es todo.

Y luego está el tema de las demandas colectivas. Los accionistas demandan a la empresa de la que supuestamente son dueños. Es como si yo demandara a mi paraguas porque no me protege bien de la lluvia. Raro, ¿no?

Así que, al final, ¿quién es el dueño de Amazon o Apple? Pues... nadie. O quizá los altos ejecutivos. Pero es que la cosa es mucho más compleja que la simple idea de "propiedad". Hay muchos tipos de contratos y obligaciones, y no siempre la palabra "dueño" es la más adecuada.

Como dijo Charles Handy, "cuando miramos a la empresa moderna, el mito de la propiedad nos confunde". Y tiene razón. Es que la relación entre yo y mi paraguas es muy diferente a la relación entre Amazon y sus accionistas. Así que, a lo mejor, tenemos que empezar a pensar en la propiedad de una forma diferente.

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