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Calculating...

Vale, a ver, hoy quiero hablarles de algo que, para mí, es la mejor inversión que pueden hacer, ¿eh? Esto me lo dijo mi padre cuando estaba en la universidad, y la verdad es que no se me ha olvidado nunca. Es un consejo que, vamos, me ha servido muchísimo.

Me dijo, básicamente, que me grabara a fuego esto: nunca, pero nunca, dudara en invertir en mí mismo. ¿En qué, dirán ustedes? Pues mira, en libros, en cursos, en formación, en general. También en el gimnasio, en hacer deporte, en cuidarme físicamente. En ir a eventos para conocer gente, para ampliar mi red de contactos. En comer bien, comida de calidad, que al final es lo que te da energía, ¿no? Y, por supuesto, importantísimo, en mi salud mental, en mi desarrollo personal, en dormir bien... vamos, en todo aquello que me haga sentir mejor y me ayude a crecer.

A ver, sé que al principio esto suena a gasto, ¿verdad? Pero en realidad, si lo piensas bien, son inversiones que te dan dividendos, te rinden frutos a largo plazo, ¿me entiendes? Te pongo un ejemplo. Cuando conseguí mi primer trabajo, decidí vivir solo en lugar de compartir piso con tres personas. Era mucho más caro, casi el doble, ¡imagínate! Pero me daba un espacio para concentrarme, para relajarme de verdad. Y creo que esa inversión se pagó sola, porque en menos de un año mi carrera profesional despegó.

Tendemos a subestimar el valor de estas inversiones. Es que el costo es muy fácil de ver, es un número, entonces nos centramos en eso y nos olvidamos de los beneficios que obtenemos en otras áreas de nuestra vida. Pero si lo analizas desde el punto de vista del tiempo, de tus relaciones sociales, de tu salud mental y física, verás que la inversión vale la pena, y tomarás una mejor decisión a largo plazo.

Así que, ya sabes, regla de oro: no lo pienses dos veces antes de invertir en ti. ¡Jamás!

Ahora, lo que sí debes pensar dos veces es en esas compras materiales, ¿eh? Un truco que a mí me funciona de maravilla es la regla de los treinta días. ¿Cómo es eso? Pues, si quieres comprar algo, espera treinta días antes de darle al botón de "comprar". Si después de ese tiempo todavía lo quieres, adelante. Si no, ahórratelo. ¡Me ha salvado de un montón de compras impulsivas de cosas que al final acabarían acumulando polvo! Y ese dinero que te ahorras, lo inviertes en ti mismo. ¡Doble beneficio! Así que, ya sabes, invierte siempre en ti. ¡Nunca te arrepentirás!

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