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Calculating...

Ay, dios mío, a ver por dónde empiezo… Hay una frase que dice que algunas personas mueren a los veinticinco, pero las entierran a los setenta y cinco. ¡Qué fuerte, ¿no?!

Y bueno, a ver, ¿de qué va todo esto? Pues imagina a un príncipe joven, criado en la abundancia, que de repente sale de su palacio y se topa con la dura realidad, con el sufrimiento que hay fuera. Ve a un anciano hecho polvo, a alguien enfermo que se retuerce de dolor, a un muerto, ¡imagínate!, y a un asceta, alguien que ha renunciado a todo lo material. ¡Pum! De golpe, se da cuenta de que su vida de privilegio le había ocultado algo muy importante. Entonces, decide embarcarse en un viaje para enfrentar ese sufrimiento, superarlo y entender mejor la vida. Se quita las ropas y las joyas que lo identifican como príncipe y cruza un río en busca de su propósito más elevado.

Este príncipe, Siddhartha Gautama, se enfrenta a un camino largo y difícil, lleno de pruebas. Hasta que, al final, alcanza la iluminación bajo un árbol Bodhi y se convierte en Buda. Y decide compartir todo lo que aprendió para ayudar a otros a superar el sufrimiento. ¡Ojo! Hoy en día, ¡más de quinientos millones de personas en todo el mundo siguen sus enseñanzas!

A lo largo de la historia, esa búsqueda de una vida con propósito, de crecimiento personal y de reflexión, ha sido fundamental para los seres humanos. Y esta búsqueda se manifiesta de distintas maneras en diferentes culturas antiguas.

Por ejemplo, en las tradiciones hindúes antiguas, existe el concepto de "dharma", que se refiere al deber sagrado de cada uno, al propósito de vida que te permite navegar por lo desconocido con valentía y coraje. Tu dharma no tiene que ser algo espectacular, ¡ojo!, simplemente tiene que ser tuyo. En la primera escena del Bhagavad Gita, un texto hindú que forma parte del gran Mahabharata, el protagonista, Arjuna, está a punto de entrar en batalla. Se enfrenta a una guerra contra sus propios familiares, ¡menudo lío!, y consulta a su auriga, Krishna, una encarnación mortal del dios Vishnu, para que lo guíe. Krishna lo anima a centrarse en su propósito y le dice algo así como: "Es mejor hacer tu propio dharma, aunque sea imperfectamente, que hacer el dharma de otro a la perfección… Es mejor esforzarse en tu propio dharma que tener éxito en el dharma de otro. Siguiendo tu propio dharma, nunca se pierde nada. Pero competir en el dharma de otro genera miedo e inseguridad". ¡Qué profundo!

En la antigua Grecia, usaban el concepto de "arete" para describir la idea de vivir a la altura de tu máximo potencial y propósito. La "arete" era como la primera versión conocida del movimiento moderno de autoayuda. Animaba a la gente a esforzarse por crecer y alcanzar la excelencia en todos los aspectos de la vida: relaciones, estudios, moral, ¡todo! Este concepto está muy relacionado con la "eudaemonia", un estado de felicidad plena y satisfacción que solo se consigue buscando el crecimiento personal, el significado, el propósito y la autenticidad. Los filósofos griegos creían que, buscando la "arete", esa vida intencional de crecimiento y propósito, se podía alcanzar la felicidad eudemónica.

Volviendo a las enseñanzas budistas del joven príncipe iluminado, el Noble Óctuple Sendero describe las prácticas clave para alcanzar la iluminación. ¡Ojo!, los ocho elementos se dividen en tres categorías: sabiduría (visión correcta, resolución correcta, habla correcta), conducta ética (acción correcta, sustento correcto, esfuerzo correcto) y disciplina mental (atención plena correcta, concentración correcta). El Noble Óctuple Sendero es un camino que dura toda la vida y que les da a los que buscan un propósito y una dirección clara para su práctica diaria. A menudo se le llama el Camino del Medio, un camino que está entre una vida de puro placer y una vida de puro sufrimiento, y que ofrece un equilibrio y un sentido práctico en el camino hacia la liberación del sufrimiento.

En varias culturas indígenas de América, era común la búsqueda de la visión. El buscador se embarcaba en un viaje personal que normalmente incluía soledad, meditación y ayuno. Era un viaje para entenderse a sí mismo y su papel en la familia, la comunidad y el universo. ¡Imagínate!

Y, por último, los centenarios de Okinawa, en Japón, hablan de "ikigai", una palabra que combina "iki", que significa "vida", y "gai", que significa "efecto" o "valor". Juntas, significan "una razón para vivir", algo que los impulsa en su día a día. El ikigai se puede representar con cuatro círculos que se superponen: (1) lo que amas, (2) lo que se te da bien, (3) lo que el mundo necesita y (4) por lo que te pueden pagar. El área donde se juntan los cuatro círculos representa tu ikigai.

Aunque la versión occidentalizada del concepto se ha centrado mucho en el propósito a través del trabajo o el éxito profesional, la versión original, la de los centenarios de Okinawa, va más allá de la carrera profesional. Tu propósito puede incluir tu trabajo y tus ingresos, claro, pero no tiene por qué definirse solo por eso. Por eso, yo interpreto el ikigai quitando el cuarto círculo, el de "por lo que te pueden pagar". "Lo que el mundo necesita" puede incluir o no aspectos profesionales, según tu situación personal.

La historia del viaje del héroe –una persona que busca un propósito, supera pruebas difíciles, crece y se encuentra a sí misma– es irresistible porque es lo que la mayoría de la gente vive. Todos buscamos nuestro propósito. Es una historia tan vieja como el tiempo, observada, escrita y transmitida a través de los cuentos y mitos de todas las culturas, religiones y sociedades. El camino de Siddhartha Gautama, de príncipe protegido a maestro iluminado, es un ejemplo clásico del viaje del héroe: un joven escapa del destino que le habían escrito y crea el suyo propio.

Tú también estás en tu propio viaje del héroe, un viaje para descubrir y vivir tu propósito, para crecer a través de él y encontrarte a ti mismo en el camino. Pero, ojo, las fuerzas que conspiran contra ti en el mundo actual son muy poderosas. Amenazan con desviarte de tu camino, con encerrarte en una vida por defecto.

Solo tú puedes ser el héroe de tu historia, ¡así que es hora de que empieces a actuar como tal!

Y hablando de actuar... La pelea más importante de tu vida es contra la conformidad.

La verdad es que el mundo quiere que te conformes, que te quedes estancado.

En su última carta a los accionistas antes de dejar el cargo de CEO, Jeff Bezos, el fundador de Amazon, citó un fragmento del libro "El relojero ciego" de Richard Dawkins:

"Evitar la muerte es algo que tienes que trabajar. Si lo dejas solo, y eso es lo que pasa cuando muere, el cuerpo tiende a volver a un estado de equilibrio con su entorno… Si los seres vivos no trabajaran activamente para evitarlo, acabarían fusionándose con su entorno y dejando de existir como seres autónomos. Eso es lo que pasa cuando mueren".

El equilibrio con tu entorno, ese estado de normalidad, es tu estado natural. Es fácil vivir en ese estado, seguir el camino que te marcan, creer en tus límites, aceptar los valores y propósitos que te dan hechos, dejar que la vida pase volando.

Reflexionando sobre ese fragmento, Bezos escribió: "¿De qué maneras el mundo te intenta hacer normal? ¿Cuánto trabajo te cuesta mantener tu individualidad?... Lo que realmente os pido es que asumáis la cantidad de energía que se necesita para mantener esa individualidad. El mundo quiere que seas normal, te tira en mil direcciones. No lo permitas. Mantener tu individualidad tiene un precio, pero merece la pena".

Tienes que luchar para mantener tu individualidad, ¡siempre, sin descanso!

La individualidad se trata de elegir vivir tu propia historia, no la de otro:

La madre que decide centrarse en estar presente con sus hijos pequeños en lugar de seguir escalando en la empresa.

El emprendedor que persigue esa idea loca de la que todo el mundo se ríe.

El recién graduado que elige un camino creativo en lugar del camino obvio que han tomado sus compañeros.

El recién jubilado que aprende un idioma nuevo en lugar de quedarse tumbado en la playa.

La ejecutiva de nivel medio que se aficiona a un hobby raro porque le da energía.

El hombre de noventa años que se va a una clase de astronomía de Harvard en su cumpleaños en lugar de ver la tele.

La lucha contra la normalidad es la pelea más importante de tu vida. Mantener tu singularidad, vivir según tus propias reglas en un mundo que te empuja a ser como todos los demás, es la única forma de desarrollar todo tu potencial y vivir una vida plena y enriquecedora.

En definitiva, esto es lo que significa construir una vida de Riqueza Mental: vivir según tu propio propósito, creer en tu capacidad de crecer, cambiar, aprender y desarrollarte, y encontrar tu propia definición de paz, calma y soledad en un mundo que va a toda velocidad.

Una vida de Riqueza Mental es una vida de victoria en la lucha contra el equilibrio. Es una vida que paga el precio de su individualidad y que cosecha las enormes recompensas que eso conlleva. Ahí lo dejo…

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