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Ay, Dios mío, por dónde empiezo... Miren, esto es una cosa de locos. Resulta que en los años 80, y principios de los 90, hubo una explosión, pero una explosión, eh, de robos a bancos en Los Ángeles. Era como, no sé, ¡una fiebre! Y bueno, todo empezó, digamos, con un tipo al que llamaban el Yankee Bandit. Imagínense, un tipo joven, blanco, bien vestido, con acento sureño, y siempre, siempre, con una gorra de los Yankees de Nueva York. ¡Un clásico!
El tipo iba de banco en banco, así súper educado, diciendo "por favor" y "gracias," pero con un maletín lleno de dinero. Se escurría, ¡pum!, como si nada. Los del FBI estaban que se jalaban los pelos, ¿eh? No sabían quién era este tipo, solo tenían la gorra famosa.
Y la cosa se puso más heavy cuando, un día, el Yankee Bandit, ¡se marcó seis robos en cuatro horas! Seis bancos, imagínense. ¡Un récord mundial que nadie ha roto! El FBI, imagínense, pensaba que hasta les había saludado al pasar por delante de su oficina.
Pero, a ver, antes de esto, los robos a bancos en Estados Unidos, como que estaban pasando de moda. En los años 60, casi nadie robaba bancos. La gente pensaba que iba a desaparecer este tipo de delito. ¡Pero boom!, de repente, todo explotó. Y Los Ángeles se convirtió en la capital mundial de los robos a bancos.
¡Una locura! Tenían tantos ladrones, que el FBI les puso apodos para no confundirse, ¿entienden? El tipo que se disfrazaba con gasas era el "Mummy Bandit," el que usaba un solo guante era el "Michael Jackson Bandit," y así, sucesivamente. ¡Tenían hasta unos ladrones vestidos como los Village People!
Pero la cosa se puso aun peor, miren, eh... cuando aparecieron unos tipos llamados los West Hills Bandits. Estos ya no eran los típicos ladrones que pasaban una nota al cajero. No, no, no... ¡Estos entraban a lo grande, con máscaras, pelucas y armas de asalto! Limpiaban el banco entero y planeaban fugas espectaculares. ¡Tenían un búnker lleno de armas!
Un día, robaron más de $400,000 dólares de un banco. Y el banco, ¡ay, Dios!, cometió el error de decir la cantidad exacta a la prensa. ¡Y ahí se desató la locura!
Y ahí es donde entra en escena "Casper." Un tipo listo, fuerte, que se dio cuenta de que robar bancos era mucho más rentable que cualquier otro delito. Y el tipo era listo, muy listo. Lo que hizo fue reclutar a otros para que robaran por él. ¡Era como un productor de Hollywood!
Tenía un socio, "C-Dog," y juntos elegían los bancos, conseguían coches robados, y contrataban a los ladrones. ¡Muchos eran solo niños! Los obligaban a robar, los amenazaban. Casper les enseñaba una técnica llamada "goin' kamikaze," que consistía en entrar al banco disparando al techo y gritando obscenidades. ¡Un desastre!
Después, Casper los esperaba en un coche lejos del banco, y les pagaba una miseria. Era un tipo sin escrúpulos. En cuatro años, "produjo" 175 robos, ¡un récord mundial! Era un verdadero genio del mal.
Y claro, después de Casper, otros grupos criminales se unieron a la fiesta. Los Eight Trey Gangster Crips, los Nasty Boys... Era un caos. En un año, hubo más de dos mil seiscientos robos a bancos. ¡El FBI estaba al borde del colapso! Investigar un robo lleva horas, y con tantos robos, no daban abasto.
¡Imagínense la escena! Los ladrones conduciendo a toda velocidad por la ciudad, robando de banco en banco. El FBI persiguiéndolos, tratando de entrevistar a los testigos... ¡Y de repente, otra emergencia en otro banco! ¡Una locura!
Pero, al final, el FBI logró atrapar a Casper y C-Dog. Y, ¿qué creen? La fiebre de los robos a bancos, ¡se acabó! Pero cuando salieron de la cárcel, ¿qué hicieron? ¡Pues fueron a Hollywood a vender su historia!
Pero, a ver, aquí viene la pregunta del millón: ¿Por qué Los Ángeles? ¿Por qué no pasó lo mismo en otras ciudades? Porque, miren, antes de Casper, estaba Willie Sutton, un ladrón de bancos súper famoso en Nueva York. Un tipo que hasta salía con actrices de Hollywood. Un genio del disfraz. ¿Por qué él no desató una epidemia de robos en Nueva York?
Y, a ver, la respuesta, miren, eh... tiene que ver con un médico llamado John Wennberg. Este médico descubrió que la forma en que te trata un doctor depende más de dónde vive el doctor, que de su formación o de tus necesidades. ¡Una locura! En algunas ciudades, los doctores operan más, en otras, recetan más medicamentos. Y no es porque los pacientes lo pidan, ¡es porque los doctores lo hacen!
Y lo mismo pasa con los robos a bancos. No es que la gente de Los Ángeles fuera más propensa a robar. Es que había algo en el ambiente, una mentalidad contagiosa que hizo que los robos se convirtieran en una epidemia.
Y, a ver, les doy otro ejemplo. Miren... ¿conocen las escuelas Waldorf? Son escuelas que se centran en la creatividad y la imaginación. Pues resulta que, en California, las escuelas Waldorf tienen las tasas de vacunación más bajas del estado. ¿Por qué? ¡Porque hay algo en la comunidad Waldorf que hace que los padres sean más reacios a vacunar a sus hijos!
Y eso es lo importante, entienden? No es que las epidemias sean fenómenos aleatorios. No, no, no. Hay patrones, reglas ocultas que hacen que ciertas ideas se contagien en ciertos lugares y no en otros. Y eso es lo que vamos a explorar.