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Calculating...

Okay, a ver, vamos a hablar de algo que a mí me ha servido muchísimo, ¿eh? Se trata de, digamos, un ritual, un... no sé, una secuencia de acciones para, básicamente, desconectar. Yo lo llamo, bueno, lo llamamos, en realidad, el "Personal Power-Down Ritual". Suena así como súper sofisticado, pero en realidad es algo bastante sencillo.

La idea principal, miren, es crear espacio, ¿sí? Crear un espacio mental y físico que marque el final de tu día laboral. La idea, creo, que salió de un tipo que escribe un blog, la verdad no recuerdo bien quién era.

¿Cómo funciona? Bueno, a ver, les doy un ejemplo de mi propia secuencia, ¿no? Para que tengan una idea. Primero, reviso el correo electrónico, a ver si hay alguna solicitud urgente que necesite atención inmediata. Después, le echo un vistazo a mi calendario y a mis listas de tareas para el día siguiente. Y aquí viene algo clave: dedico unos quince minutos a preparar las tareas prioritarias de la mañana siguiente. Y, por último, cierro todas las aplicaciones, absolutamente todas, y apago todos los aparatos electrónicos.

Y, ¿cuáles son los beneficios de tener este ritual? ¡Uf! Para mí han sido enormes. Primero, y quizás lo más importante, es que establezco límites claros. Es decir, separo las actividades profesionales de las personales. Y esto me ayuda a estar más presente, de verdad, más presente en cada ámbito. Segundo, mi productividad matutina se dispara. Ese poquito de preparación que hago la noche anterior me da un empujón increíble a la mañana siguiente. Literalmente, me levanto y salgo corriendo, ¿me entienden? Y tercero, y esto es fundamental, mi salud mental mejora muchísimo. De verdad, me siento mucho mejor por las noches después de hacer este "power-down". Estoy más presente con mi familia, no me preocupo por las notificaciones, duermo mejor.

Ahora, ¿cómo crear tu propio ritual? Bueno, hay tres elementos clave que debes incorporar. Primero, completar las tareas finales. ¿Cuáles son esas últimas comprobaciones que necesitas hacer para cerrar el día y asegurarte de que no queda nada pendiente? Para la mayoría, esto implica revisar el correo electrónico y, no sé, alguna plataforma de mensajería. Segundo, preparar el mañana. ¿Cuáles son las prioridades para el día siguiente? ¿Cuál es la primera tarea en la que quieres avanzar cuando empieces a trabajar? Dedica unos diez o quince minutos a preparar esa tarea. Y tercero, iniciar el "power-down". Crea un disparador mental que te indique que has terminado. Un "ya está, se acabó".

Así que, con estos tres elementos, haz un borrador de cómo sería tu propio ritual. Y, como con todo, el primer paso es el más importante. Inténtalo esta semana y ve qué pasa. Dale, a ver qué tal.

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