Chapter Content

Calculating...

A ver, a ver… ¿de qué vamos a hablar hoy? Ah, sí, de cómo concentrar la atención. Algo que, vamos a ser sinceros, a todos nos cuesta un montón, ¿no? Sobre todo hoy en día con tanta distracción por todas partes.

Hay un libro, "Deep Work" de Cal Newport, que habla precisamente de esto. Él dice que la habilidad de concentrarse profundamente, sin interrupciones, en las cosas importantes, es súper valiosa. Vamos, que es la única forma de crecer y prosperar en la economía actual. Y tiene razón, ¿eh? Él lo llama la "Hipótesis del Trabajo Profundo" y viene a decir que como cada vez es más difícil concentrarse, los pocos que lo consigan van a tener una ventaja enorme.

Y es que, a ver, la capacidad de concentrar la atención y entrar en ese estado de "flow", de flujo, donde estás totalmente metido en lo que haces, es fundamental para aprovechar bien el tiempo. Porque te permite, digamos, romper esa relación fija entre lo que inviertes y lo que sacas. O sea, que si estás concentrado, rindes mucho más.

Claro, no es fácil, ¿eh? Al principio, cuesta horrores. Porque estamos luchando contra todas esas apps, herramientas digitales y redes sociales que están diseñadas para darnos pequeñas dosis de dopamina constantemente. Pero, como todo, se puede entrenar. Es como un músculo.

Lo ideal es empezar poco a poco. Por ejemplo, con treinta minutos al día. Y luego, ir aumentando gradualmente. La idea es llegar a una hora, dos o tres veces al día, al final del primer mes. Y a partir de ahí, pues, si puedes, extender los periodos a dos horas, que ya es bastante, o incluso cuatro, si eres muy ambicioso.

Pero, ojo, no basta con planificar esos bloques de tiempo para concentrarse. También necesitas una forma de entrar en ese estado de concentración profunda, ¿me explico? Es como cuando enciendes el ordenador y ves la pantalla de carga. El ordenador está haciendo algo muy importante: está ejecutando una secuencia de inicio, un "boot-up". Es una serie de operaciones fijas que el ordenador hace para preparar el sistema operativo para funcionar.

Pues tú eres igual. Para funcionar al máximo y concentrarte en las tareas importantes, necesitas preparar tu propio sistema operativo, tu mente. Necesitas tu propia secuencia de inicio personal.

¿Y qué es eso? Pues es un conjunto fijo de acciones y señales ambientales que marcan, mental y físicamente, el comienzo de un bloque de concentración. Se puede usar para cualquier sesión de trabajo, pero es especialmente útil para prepararte para ese bloque de concentración. Se convierte como en una puerta de entrada al estado de flujo que necesitas. Una secuencia efectiva y repetible te permitirá entrar en ese estado y trabajar de forma profunda y concentrada en tus proyectos más importantes, de forma rápida y constante.

Y, ¿cómo se crea esa secuencia? Pues, una forma sencilla es basarse en los cinco sentidos:

El tacto: qué movimiento o acción corporal haces justo antes de empezar.
El gusto: qué bebes, masticas o comes.
La vista: qué ves en tu entorno.
El sonido: qué oyes en tu entorno.
El olfato: qué hueles en tu entorno.

Yo, por ejemplo, tengo mi propia secuencia de inicio. Antes de sentarme a escribir, salgo a caminar cinco minutos o me meto tres minutos en agua fría. Las dos cosas me activan la energía creativa y me preparan el sistema.

Luego, siempre tengo un café frío que voy tomando mientras trabajo. La cafeína ayuda, pero es más psicológico que otra cosa, porque casi nunca me lo termino.

Mi escritorio está frente a una ventana, con paredes oscuras a los lados, algunas plantas y cuadros neutros.

Escucho una lista de Spotify que se llama "Classical Essentials".

Y me encanta el olor a madera, así que tengo velas o aceites de cedro o sándalo en mi rincón de escritura.

Normalmente, hago esta secuencia dos veces al día: una a primera hora de la mañana, cuando empiezo mi primera sesión de escritura creativa, y otra después de comer, cuando empiezo mi segunda sesión de trabajo profundo. Y la verdad es que me funciona de maravilla. Me ayuda a entrar en el estado adecuado para concentrarme.

Para crear tu propia secuencia, siéntate y piensa en cada uno de los cinco sentidos. Para cada sentido, piensa en alguna vez que hayas estado realmente en estado de flujo. ¿Cómo estaba ese sentido involucrado durante esa sesión o antes? Anota las diferentes formas en que esos sentidos estaban activos en esos momentos para tener una idea de las opciones que tienes. Y elige la opción que sea más práctica y fácil de repetir. A ver, si estabas en estado de flujo sentado en un café en Positano, Italia, con vistas al Mediterráneo y tomando un espresso de veinte euros, pues… probablemente no sea muy repetible, ¿no? ¡Ojalá! Pero si estabas en estado de flujo sentado en tu cafetería favorita escuchando tu música house preferida, eso sí que es repetible.

Y ya está. Una vez que tengas tus opciones prácticas y repetibles para cada uno de los cinco sentidos, escribe tu secuencia de inicio personal completa. Y, hasta que se convierta en un hábito, puedes ir marcando las cosas de la lista mientras te preparas para tu sesión de concentración. ¡Verás cómo te ayuda!

Go Back Print Chapter