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Calculating...

Vale, a ver... Vamos a hablar un poco sobre el tiempo, ¿no? Y sobre cómo lo gastamos... o mejor dicho, cómo lo invertimos. Hay una pregunta que me parece importantísima y es... ¿cuántos momentos te quedan con la gente que quieres?

Hay una canción que dice: "Disfruta, disfruta, es más tarde de lo que piensas". Y joder, ¡qué razón tiene!

Me acuerdo de una historia, la de Alexis Lockhart. Esta mujer, vivía en Houston, con sus tres hijos. Ella siempre tuvo muy claro que el tiempo con sus hijos era... pasajero, ¿sabes? Ella decía que no tienes a tus hijos por 18 años, sino por unos 12 o 13, si tienes suerte. Luego, te conviertes en su chófer, su taxi, su hotel, básicamente. Y claro, con esa mentalidad, Alexis aprovechaba cada momento. Se acuerda de un viaje a Colorado que les regaló a sus hijos, que era un lujazo porque los mayores estaban trabajando o estudiando. Ella decía que fue el viaje de sus vidas, que hicieron muchísimos recuerdos.

Y poco después, le hizo una pequeña fiesta de cumpleaños a su hijo mediano, Jackson. Aunque ya era "demasiado mayor" para tartas y fiestas, ¡pues qué demonios! Lo celebraron en familia, con regalos, una tarta de galletas y velas. Todo iba bien, ¿no? Pues... no.

Un día, Jackson murió en un accidente de moto, justo después de cumplir 20 años. Imagínate el palo.

Me acuerdo de que Alexis me contó que siempre hay que recordar que a todos los que queremos, nos los prestan por un tiempo. Que se van en un abrir y cerrar de ojos.

Y es que es verdad, es más tarde de lo que pensamos.

Mira, hay un estudio que se llama American Time Use Survey, que analiza cómo la gente usa su tiempo. Y descubrí que, al final, hay ciertas ventanas de tiempo en las que ciertas personas y relaciones van a ocupar tu vida. Quizás solo te quede un verano con todos tus hermanos, dos viajes con ese grupo de amigos de siempre, unos pocos años con tu tía favorita, unos cuantos encuentros con ese compañero de trabajo que te cae genial, o un último paseo largo con tus padres. Y si no te das cuenta de esto... pues, se van.

Por ejemplo, el tiempo que pasamos con nuestros padres y hermanos alcanza su punto máximo en la infancia y luego cae en picado después de los 20. Cuando te independizas, a menudo no te das cuenta de que el tiempo que te queda con tu familia es muy limitado. Hay que valorarlo.

El tiempo que pasamos con nuestros hijos alcanza su punto máximo en los primeros años de vida y luego disminuye drásticamente. Hay una ventana de tiempo muy corta en la que eres el mundo entero de tu hijo. No te lo pierdas.

El tiempo que pasamos con nuestros amigos alcanza su punto máximo a los 18 años y luego cae en picado. En la juventud, tienes muchos amigos. En la edad adulta, tienes pocos amigos, pero muy cercanos.

El tiempo que pasamos con nuestra pareja tiende a aumentar hasta la muerte. La persona con la que eliges afrontar la vida tendrá un gran impacto en tu felicidad. Elige bien.

El tiempo que pasamos con nuestros compañeros de trabajo es constante durante los años de trabajo y luego disminuye drásticamente. El trabajo te alejará de tu familia. Si tienes la opción, elige un trabajo que te guste y que te aporte energía.

El tiempo que pasamos solos aumenta constantemente a lo largo de la vida. De joven, ves el tiempo a solas como algo malo. Pero hay que aprender a valorarlo. Encuentra la felicidad en el tiempo que tienes para ti mismo.

Así que, resumiendo un poco: el tiempo en familia es limitado, el tiempo con los hijos es valioso, el tiempo con los amigos es finito, el tiempo con la pareja es importante, el tiempo con los compañeros de trabajo es significativo y el tiempo a solas es abundante.

Y es que da igual de dónde seas, cuántos años tengas o si eres rico o pobre. El tiempo es una verdad universal.

Otro escritor, Tim Urban, dijo que, aunque no estés al final de tu vida, puede que estés cerca del final de tu tiempo con algunas de las personas más importantes de tu vida.

Y otro, Sam Harris, dijo que no importa cuántas veces hagas algo, llegará un día en que lo hagas por última vez.

Habrá una última vez que tus hijos te pidan que les leas un cuento, una última vez que des un paseo con tu hermano, una última vez que abraces a tus padres, una última vez que tu amigo te llame para pedirte ayuda.

¿Cuántos momentos te quedan realmente con la gente que quieres? Probablemente no tantos como te gustaría creer. Todos esos pequeños momentos que damos por sentado, serán los que más echaremos de menos.

Y cuando te des cuenta de esto, invertir en tu "riqueza de tiempo" significa usar esa conciencia para actuar. Significa dirigir tu atención a lo que de verdad importa. Significa tener control sobre tu tiempo, cómo lo gastas, dónde lo gastas y con quién lo gastas.

Y volviendo a Alexis, ella ya había asumido todo esto antes de perder a su hijo. Ella me dijo una vez que vio un reto que decía: "Es tu momento de brillar. Tienes el escenario, diez mil personas te esperan, tienes una frase. ¿Qué dices?" Y ella dijo que su respuesta siempre sería: "Es más tarde de lo que piensas".

Así que, así terminamos, con la misma canción con la que empezamos: "Disfruta, disfruta, es más tarde de lo que piensas". Ahí lo dejo.

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