Chapter Content

Calculating...

A ver, a ver, vamos a hablar un poquito de cómo ser un buen conversador, ¿no? Porque a veces se nos da fatal, ¿eh? Hay gente que parece que nace con el don, pero la verdad es que cualquiera puede aprender, o sea, no importa si eres super extrovertido o más bien introvertido, si te gusta contar historias con drama o si eres más de dar datos concretos. Lo importante es sacar el máximo partido a lo que ya sabes hacer, ¿sabes?

Mira, te voy a dar cuatro principios básicos que te van a servir, sea como seas. El primero: crear "doorknobs," como los llamaba un artista de la improvisación. ¿Qué quiere decir esto? Pues que en vez de hacer preguntas que cierran la conversación, hay que hacer preguntas que la abran, que inviten a la otra persona a contar una historia, a enrollarse, vamos.

Por ejemplo, en vez de preguntar "¿Dónde te casaste?", que te van a decir "en tal sitio" y ahí se acabó, puedes preguntar "¿Cómo decidiste dónde celebrar la boda?". ¿Ves la diferencia? La primera es como un "stop", la segunda es como una puerta que te lleva a una historia. Y cada historia te da más oportunidades para conectar, ¿entiendes?

Aquí te dejo algunas ideas de preguntas que puedes usar para empezar o continuar una conversación. Pruébalas, ¿eh? Y piensa también en tus propias respuestas, porque a lo mejor te las devuelven, ¡ojo!

Puedes preguntar: ¿Qué es lo que más te emociona ahora mismo, en tu vida personal o en el trabajo? O: ¿Qué era lo que más te gustaba (o lo que menos) de tu pueblo o ciudad natal? También puedes preguntar por el origen de su nombre, por qué sus padres le pusieron ese nombre. O, ¿qué es lo más interesante que has leído o aprendido últimamente? ¿O qué película o serie te ha gustado mucho y por qué? Otra: ¿Qué te ha hecho sonreír últimamente? Y esta es buena: Si tuvieras un día entero para ti sin ninguna responsabilidad, ¿qué harías?

Y para seguir la conversación, puedes preguntar: ¿Qué momentos recuerdas como los más importantes de tu vida? ¿Qué los hizo tan importantes? O, ¿Sobre qué has cambiado de opinión recientemente? También, si pudieras cenar con tres o cinco personas de cualquier época de la historia, ¿a quiénes elegirías y por qué? O, ¿Qué has comprado por poco dinero que te haya cambiado la vida? ¿Cómo te desconectas y te relajas? Y esta es muy bonita: ¿Cuál es la cosa más amable que alguien ha hecho por ti? Son preguntas que, oye, dan pie a mucho, ¿eh?

El segundo principio: ser un "loud listener," un oyente activo, que se entienda, vamos. David Brooks lo explicaba muy bien en su libro, y básicamente se trata de hacerle saber a la otra persona que la estás escuchando y que te importa lo que te cuenta.

Puedes usar sonidos, como decir "sí," "uh-huh," "hmm" para animar a la persona a seguir hablando. También, ¡ojo a las expresiones faciales! Tienes que reaccionar a la historia que te cuentan, poner cara de sorpresa, de tristeza, de alegría… Y muy importante: la postura corporal. Inclínate un poco hacia la persona para demostrar que estás interesado, nunca te gires ni te pongas de lado, porque da la sensación de que te quieres ir y corta el rollo, ¿sabes? No queremos que nadie se sienta ignorado, porque todos hemos pasado por eso y es horrible.

Esto nos lleva al tercer principio: "repeat and follow," o sea, repetir y seguir. Repite los puntos clave de lo que te dicen, pero con tus propias palabras, y luego añade algo más: una opinión, una historia tuya, o otra pregunta que abra la conversación. Es una forma de demostrar que estás escuchando y de mantener la conversación viva.

Y por último, el contacto visual, que también tiene su truco, ¿eh? Ni muy poco, que parece que escondes algo, ni demasiado, que parece que estás loco. Lo ideal es el "situational eye contact": mirar a los ojos a la otra persona cuando habla, pero cuando hables tú, puedes mirar hacia otro lado de vez en cuando para pensar, pero vuelve a mirarla a los ojos para enfatizar los puntos importantes de tu historia.

Si te centras en estos cuatro principios, vas a notar la diferencia, te lo aseguro. Da igual si eres extrovertido o introvertido, si te gusta contar historias o dar datos, puedes ser un gran conversador. Y esto no solo te va a ayudar en el trabajo, sino, lo más importante, en tu vida personal, porque te va a permitir conectar de verdad con la gente y enriquecer tu vida. Así que, ya sabes, ¡a poner en práctica estos principios y a convertirte en un maestro de la conversación!

Go Back Print Chapter